012

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Jin despegó sus labios de aquel adulto. Tocó su barbilla lentamente mientras le pronunciaba sucias palabras al oído.

Se puso de pie y le dio un beso volado. El tiempo había pasado volando.

—Puto viejo, ni siquiera besa bien. —escupió sin un punto de lugar fijo y caminó hacia su cuarto.

Al ingresar dejó el dinero en uno de sus cajones, fue al baño y lavó su cara rudamente.

No era la vida que había querido alguna vez, pero sobrevivía con buen dinero y eso era lo importante.

—¿Taehyung? —preguntó al sentir unas manos en su cintura.

—Princesa. —fue lo único que escuchó. —Princesa, te extraño mucho.

Esa voz, la reconocería en cualquier parte.

—¿Nam? —las pesadillas que tenía cada vez se hacían más fuertes y reales. —Namjoon, aléjate.

—Jin... Te necesito tanto. —un pequeño llanto se escuchaba en la oreja del mayor. —Jin, ven conmigo.

—Namjoon, déjame en paz. Esta es mi vida ahora. —alejó los brazos de su cintura y volteó la mirada.

El moreno estaba golpeado y herido. Tenía el ojo levemente morado y hematomas alrededor de sus brazos.

—Yo soy parte de tu vida. —sobó su mejilla. —Princesa, te amo tanto.

—¿Q-Qué te pasó? —quiso tocar su cuerpo pero no pudo.

—Princesa, te amo. —y aquella sombra se esfumó, dejando aturdido al mayor.

Cada vez veía más seguido a su ex novio. Lo extrañaba, lo adoraba pero por su bien debía alejarse.

Es decir, nadie sabe la verdadera historia ¿no?

Taehyung se encontraba atrás del escenario, los hombres lo habían encontrado y le habían pegado un poco

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Taehyung se encontraba atrás del escenario, los hombres lo habían encontrado y le habían pegado un poco. No querían que los clientes se alejaran por un feo muchacho maltratado.

Su vestido estaba algo arrugado, y sus cabellos estaban mojados por el esfuerzo físico que hizo.

Vio que habían unos tres chicos a su costado, sentados esperando impacientemente por salir. El castaño imitó su acto y se sentó a su costado ganándose miradas por parte de estos.

—Hola.. Soy Taehy.. —recordó que no podía decir su verdadero nombre. —Soy TaeTae.

—Hopie, un gusto TaeTae. —sonrió de medio lado y se volteó de nuevo.

—Ho-Hopie, ¿cuánto llevas aquí? —preguntó jugando con sus manos nervioso.

—¿En serio te importa? —respondió seco y harto.

—Yo llevo unos días.. Así que.. No sé. —se ruborizó.

—Dos años.

—Entiendo.. —se paró al darse cuenta que estaba incomodando y caminó de derecha a izquierda.

Vio un poco de humo asomándose y luces más radiantes que antes, unos hombres lo jalaron hacia un lugar específico junto a un tubo.

Canción recomendada para leer: The Hills.

El primer bailarín apareció, el segundo, el tercero y por último él.

Se quedó perplejo al ver como bailaban los otros, pues nunca había escuchado de ese tipo de música.

Un Jungkook divertido le guiñó el ojo. Taehyung solo respondió escondiéndose tras el tubo.

—Pst, psst. —Hopie lo llamó cuidadosamente.

—¿Q-Qué pasa? —preguntó.

—Pasa que si no bailas, no hay paga pero sí castigo. —esas palabras bastaron para hacer saltar al castaño.

Comenzó a moverse de forma lenta al frente del objeto, dejándose llevar por este.

Pegó su cintura y dio suaves vueltas alrededor.

La música era muy buena.

Hacía un sensual vaivén con sus caderas mientras tenía los ojos cerrados.

Se estaba dejando llevar por el ritmo, engatusando y excitando a cada hombre que le tiraba dinero.

Pedían cada vez más, y así fue.

Él solo se dejó llevar por su imaginación, dejando al descubierto la mayor parte de sus clavículas para tocarlas un poco. Lamió sus labios y sonrió inconscientemente.

¿Desde cuándo se había convertido en eso?

No se dio cuenta de que la música había acabado. Después de unos minutos, bajó del escenario decepcionado de sí mismo.

Ya estando fuera de ese, se ganó unos cuantos aplausos y silbidos por parte del señor Jeon.

—Yo no soy una puta. —repitió—No soy una puta.

Caminó a paso rápido hacia su nueva habitación, quería despojarse de toda prenda impura, de todo maquillaje barato y de todo recuerdo.

—¿Quién es? —salió del baño dirigiéndose a la puerta.

Otras tocadas más y la puerta se abrió.

—¿Cuánto cobras, lindo? —un señor pasó al cuarto de este empujándolo contra la cama.

—¡Su-Suélteme! —forcejeó en vano, el hombre hacía ejercicio.

Recibió un golpe de él y se tranquilizó

Tenía que ser más inteligente y dejar de quejarse.

—Así estás mejor. —arrancó las últimas prendas del atuendo y besó su cuello.

Le dio unas marcas que dolían como el mismísimo infierno, pero si ese era su destino, nada podía hacer.

—¿Quieres explicarme por qué estás tocando lo que no es tuyo? —el azabache estaba con un cigarro en la mano izquierda y la otra la tenía apoyada en la puerta. —Lárgate ahora.

—Oh, ¡me estoy divirtiendo hombre! —siguió con lo suyo restándole importancia a lo que el azabache decía.

—Te lo advertí. —tiró el cigarrillo y empujó al señor, lo tiró contra la pared mientras le daba golpes en el estómago. —Te dije imbécil de mierda que nadie toca lo que es mío.

Aquella persona se abalanzó sobre este causándole una fuerte golpiza en el ojo del menor.

Se retiró maldiciendo por lo alto, cerrando la puerta.

Por otro lado, Taehyung estaba en estado de shock, espantado por todo lo que significaba el ser el juguete de un desconocido.

—¿Estás bien, Tae? —preguntó el mayor.

❝PROSTITUTION❞  ━KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora