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  « Saber que dolerá no lo vuelve menos doloroso »  

Tómame entonces.— susurre. — Toma mi sangre, Taehyung, sólo hazlo.

Sus movimientos sobre mi piel se detuvieron. 

¿Porque te detienes?

Acércate.

Hazme olvidarlo.

Sus manos frías viajaron a mi rostro haciendo un camino a través de mi espalda, sintiendo que donde acariciaba quemaba, cortaba. 

¿Como una manos tan frías pueden transmitir tal calidez?

Acuno mi rostro y sus ojos me cautivaron. 

Quería hipnotizarme, o al menos eso estaba logrando.

— ¿Realmente quieres eso? 

Dijo poniendo en dudas mis propias palabras.

¡No! No digas eso, no preguntes, dame seguridad. 

No me obligues a pensarlo.

— S-si es lo que necesitas... y si es mi único camino a superar mi miedo... Sólo hazlo ¿no? Tiene sentido, yo te ayudo, tú me ayudas...

Su semblante cambio con cada palabra que salia de mi boca y me arrepentí en cada instante que pronunciaba una frase más.

¿Qué estoy haciendo mal?

— ¿A-a donde vas?

Lo veía marcharse tomando sus ropas, pisando con fuerza y el ceño notablemente fruncido. No podía no observar como el agua se deslizaba por su piel, recorriendo desde su espalda a sus piernas, desde el cabello de su flequillo hasta las finas facciones de su rostro.

¿Que hice?

Me angustiaba verle marchase, me dolía en el corazón.

— ¡No te estoy dando lo que quieres acaso! ¡No puedes dejarme así!— grite completamente avergonzado.

Me envolví con lo primero que encontré y tome mis cosas. 

¿Porque lo estoy siguiendo?

¡Explicaciones!

¿Como se atrevía a dejarme así?

 ¡Me estaba entregando! ¿Y se atrevía a rechazarme?

Lo seguí hasta una habitación enorme, como todas las demás, decorada de manera extravagante pero con simpleza a comparación con el resto. 

Y mientras admiraba el alrededor él con rabia me arrojaba prendas.

— Usa esto.— soltó tajante.

— ¿No vas a darme una explicación?— exigí.

— ¿¡Es enserio!? ¿Que clase e basura crees que soy?

El daba pasos rabiosos hacía mí, cada vez más cerca, elevando su voz. Y yo comenzaba a retroceder casi automáticamente.

 — Sigues viéndome como un maldito monstruo ¿Es así o no?— observe sus ojos con detalle.

Sus pestañas eran tan bonitas. El tono de su piel. Incluso su ceño fruncido.

No, no eres un monstruo. 

  — ¿Crees que sólo quiero tu sangre? ¿Eso crees o no?

Sí.

Realmente sí. 

Hemophobia | VKook EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora