Hemophobia | VKook EDITANDO

10

« Qué extraño y hermoso es que realmente existamos »

Hay momentos en los que no puedes creer que algo maravilloso esté ocurriendo. Y hay otros en los que la conciencia de que está pasando algo increíble te inunda, completamente.

¿Como podría imaginar siquiera que todo esto me estaba sucediendo?

Aquí y ahora. Sucedía, pero no podía evitar alinearme de todo lo que decían. No era propio, no parecía que realmente hablaran de mí, o de algo que me incumbiera.

Era extraño, tanto amor, odio, guerras y muertes mientras yo parado ahí en medio del relato, de las palabras que trataban de atravesarme como puñales cargados del peso de un destino.

Un destino que no había elegido, que simplemente se me imponía. Y no digo que sea malo, tal vez sea ese hecho lo que lo hace especial.

El amor no es algo que puedas detener, no puedes defenderte, sólo dejas que te ataque y lo dejas vencer.

Y a mi estaba atacando teniendo una forma bellisima. Unos ojos cafés cubiertos por una larga cortina de pestañas. Finas cejas, marcada barbilla, manos grandes y poderosas. Unos labios finos y hambrientos colmillos que me deseaban con más fuerza que los latidos de mi corazón asustado.

Él me amaba. Eso decía.

Pero no puedo simplemente quedarme a tu lado después de haber escuchado todo esto.

—Por favor —susurro el rey.—Déjenos solos.

Sus ordenes se cumplieron y quede a solas con él.

Mi cuerpo temblaba al punto de no permitirme moverme, ni siquiera podía hablar por la tormenta que había en mi mente.

Palabras que se volvían hechos crueles iban y venían.

Había sido más de lo que pude soportar.

—Traquilízate. —dijo.—Quiero explicarte unas cosas en particular.

Amable y solemne me ofreció lugar frente a él.

Sentía inquietud y algo dentro de mi, una pequeña parte, no dejaba de pensar que Taehyung estaría sintiendo lo que yo.

Había una innegable conexión, podía sentirla.

La vida se me desplomaba.

—Se que ha sido mucho de repente, pero quiero que entiendas algo. —tomo mi mano y lo observe.—Tus padres no te abandonaron, como seguramente crees, no eres realmente un ser sin identidad ¿Sabes? Han de haber sido tus abuelos también tus padres perseguidos y asesinados, el reino los busco y acabo con ellos después de las tragedias, ellos no te dejaron, sólo trataron de protegerte.

—¿Realmente es así?

—Lo es, lo sé. Pude verlo al tocar tu mano.

Como si quemara quite mi mano de su tacto, en parte, avergonzado de que viese hasta lo más oscuro de mi alma.

—¿Que tanto pudo ver de mi? ¿De ellos?

Sonrió.- Ellos te amaron, tu madre te escondió en la corteza de un árbol mientras eran perseguidos por el reino. Quedan pocos como tu, y los que quedan no deben saber nada ni de sí mismos, considérate afortunado.