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« El mundo a través de cristales rotos »







No sé quien soy.

— Jungkook.— gimió mi nombre.— ¡Ah! Jungkook.

Sonreí.

Eso era. Ahí estaba.

Quien tus labios suspiraban.

Nadie más. Nada menos.

Nosotros.



El piso era demasiado frío, no importaba realmente.

Él no podía controlarse; algo se había desatado. 

¿Aquí? ¿Íbamos a hacerlo aquí? 

No era el lugar soñado, pero estaba con él. Supongo no podía pedir más. Pero la situación era difícil. 

No quiero decir que tenía miedo, no quiero dudar, pero lo tenía. Y sí, estaba dudando como el cobarde que descubría que era.

Mi yo de meses atrás jamás creyó alcanzar tantos limites. ¿Como iba a saber que Tae iba a hacerme enfrentar a mi mismo? No dejaba de luchar constantemente conmigo.

Como si el sostuviera un espejo frente a mi. Un desquebrajado vidriado que me muestra el mundo a través de cristales rotos. 

Temblar no era una opción, no quería detenerme ni dar a Taehyung el mínimo aviso de que mi cuerpo sucumbía al terror.

 Los espasmos se mesclaban entre dolor y placer.

Veía en sus ojos el cambio. Sus pupilas se ensanchaban y cambiaban de color, tiñéndose de un intenso rojo color sangre.

Mi sangre.

Mía.

De alguna manera Taehyung me poseía pero yo lo hacía mio también. Era el privilegio que poseía. Mi sangre, la única y especial. 

Yo era el único que podía tenerlo de esta forma.

Sentía el poder. 

Pero también sentía que me estaba yendo lejos. 

Ya no sería yo. Y no habría retorno después de esto y supongo eso era lo más aterrador. 

Mi sangre se iría con él.

Una parte de mi le pertenecería por siempre, y jamas volvería.

A cambio tendría por siempre la compañía del ser amado. 

¿Amo a Taehyung? 

Veo sus ojos teñirse de aquel color, y sus labios relamerse satisfecho. Aún besa mis manos bañadas en sangre con devoción. Aún no me mordía pero ya no había como frenar lo que seguía.

Su cuerpo irradiaba calor, y el aroma que su piel desprendía me llevaba a besar su textura suave con vehemencia. Quería sentir su sabor, sentirlo en todos los sentidos posibles.

Pero nada saldría bien de esto, no para mí.

Sé que trata de acariciarme con ternura pero la fuerza se le escapa. Fuera de sí, él ya no era el mismo. No veía en sus ojos al mismo Taehyung. Más allá de mi voluntad y la suya, algo nos envolvía y nos doblegaba.

Hemophobia | VKook EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora