In My Blood

Capítulo 4

-Se parece a Elena.- Comenta Damon a su hermano. Éste la mira y da un trago largo a su Bourbon.

-Sí. Se parece a ella.- Stefan observa la mirada que su hermano tiene sobre Selena.

-E incluso el nombre es parecido.- Ahora es Damon quien da un trago largo a su bebida.

-Se llama coincidencia, hermano. Deja de pensar en Elena. Ella hizo su vida y se alejó de lo malo, incluyéndonos a nosotros y a Mystic Falls. Fue su elección.

-No estoy de acuerdo con su elección.- La voz de Damon es seca. Sus ojos se han humedecido y aprieta los labios.

-Hace años de eso. Supéralo.- Damon lo mira y levanta una ceja.

-¿A caso has superado tú el que Caroline se fuera con Alaric?- Un silencio aparece.

-Estoy empezando de nuevo.

-Ya, claro.

Sophie paró justo en frente de mi casa.

-Gracias por traerme. No creo que tarde mucho en tener mi coche de nuevo. La reparación está llevando demasiado tiempo.

-No te preocupes tonta, para eso estoy.- Sophie besa mi mejilla.- Y la próxima vez piénsate dos veces en dejarle tu coche a tu prima Nora. Se que la quieres, pero si ella quiere aprender a conducir ¡que le coja el coche a tus tíos!- Hago una mueca con la cara y le doy un beso a mi amiga.

-Chao, Sophie.

-Chao cielo, hasta mañana.- Despido a Sophie con la mano y cuando su coche desaparece, me doy media vuelta en dirección a mi casa. La noche brilla en su total esplendor. Subo los cuatro escalones del porche y siento una brisa demasiado fuerte detrás de mi espalda. Me detengo y me giro. No hay nada. Tal vez sean imaginaciones mías. Vuelvo a girarme y me sobresalto al ver a Damon delante de mi. Casi caigo al césped.

-¿D...Damon?- Su mirada está perdida. Me observa, como si buscase algo. No dice nada.- ¿Qué haces aquí?

-Vine a comprobar algo.- Se acerca a mi, despacio. Su cara parece de decepción.- No eres ella...pero te pareces demasiado.- No entendía nada. ¿A quién carajos no me parezco?- Tus ojos son color ámbar, los suyos son oscuros. Tu pelo es ondulado y el suyo liso, aunque el color es parecido.- Cada vez se va acercando más.- Tu tienes algunas pecas, ella no. Su piel es más morena que la tuya. Sus labios son finos, los tuyos...- Se detiene. Posa sus azules ojos en mis labios y pasa un dedo sobre ellos, acariciándolos.- Los tuyos son carnosos y rosados.- Me estremezco al notar su tacto en mi.- Aunque, sois iguales de altas, tenéis la misma mirada, habláis casi igual y me siento igual cuando estoy cerca de ti y cuando estaba...cerca de ella.- Su mirada baja y luego la vuelve a poner en mi.- No eres ella.- Sentencia.

-¿Quién es ella?- Consigo decir. El tuerce la boca.

-Alguien que no eres tú.- No se por qué pero el corazón se me paró al escuchar eso. Me recojo el pelo detrás de una oreja y miro al suelo. Cuando vuelvo a alzar la vista, Damon había desaparecido. Eso ha sido demasiado raro. Sin darle mucha importancia entro a casa, subo las escaleras, me deshago del vestido y los zapatos y me tiro en la cama donde Zaphiro, mi gato negro y de ojos azules me espera.

-Buenas noches Zaphiro.- Acaricio a mi gato mientras el ronronea. Me meto dentro de las mantas y dejo que el sueño se apodere de mi.

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Damon en multimedia.