Capítulo 17

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Los días han pasado y dentro de poco será mi cumpleaños. Sinceramente, no tengo muchas ganas de celebrarlo. Las vacaciones de navidad las dan la semana que viene, y sé que tendré todas las asignaturas aprobadas. Un buen regalo de cumpleaños.

Aún no vi a Klaus desde entonces. De vez en cuando nos mensajeamos. Tal vez se arrepintió de lo que pasó entre nosotros y quiere guardar las distancias. Cosa que a mí, en cierta parte me duele. Pero, ¿qué puedo esperar de un ser sobrenatural? Tiene mejores cosas sobrenaturales que hacer. Yo soy como un entretenimiento. Lo que me sorprende es que no me haya comido todavía.

Si antes tenía un lío monumental en mi cabeza, ahora se ha multiplicado. Damon me mandó hace días un par de mensajes preguntándome cómo estaba. Obviamente, los ignoré. Me había hecho mucho daño. Tal vez una vez caí de nuevo ante sus encantos, pero eso no va a volver a suceder. Aunque no puedo negar que mis sentimientos hacia él no se fueron del todo. Y eso es lo que más me molesta. Por otro lado, Klaus me consoló y estuvo conmigo cuando estaba en la crisis Salvatore. Y por mucho que lo negase, empecé a sentir demasiadas cosas por el híbrido. Nunca me había pasado esto de sentir cosas por dos personas a la vez, y honestamente no sé cómo sobrellevar la situación. ¿Por qué demonios tuve que involucrarme con estos seres que la ciencia da por imposible su existencia? Debería haberle dado una oportunidad a Nathan. Seguro que él no tiene esos tipos de problemas que tienen ellos. Y sería totalmente fácil de manejarlo. Porque es un maldito humano como yo.

-¿Qué vas a hacer para tu cumpleaños?- Pregunta Sophie robándome mis palomitas.

-Lo que estoy haciendo ahora.- Sophie se levanta de la cama indignada.

-¡Sabía que no ibas a querer hacer nada!

-¿Y? ¿Acaso el que yo no haga nada afectará a tu existencia?

-¡Por supuesto! Mi mejor amiga tiene que celebrar su decimoctavo cumpleaños como dios manda.

-Que bien que no sea tu mejor amiga...- Digo cogiendo un buen puñado de palomitas.

-¡Sel!- Me regaña.- Sabes que esto no se va a quedar así.

-Que pesada. Anda pásame el zumo que acabas de robarme.- Sophie frunce el cejo, enfadada como una niña pequeña.- Quiero mi zumo.- Sin quitarme el ojo, me lo da.

-No te vas a librar, que lo sepas.

Decidí pasarme por el barrio francés a tomarme un cappuccino. Aquí hacen los mejores cappuccinos del mundo. Antes de llegar a la cafetería, noto que me están mirando. Me giro y veo a un hombre vestido completamente de negro y que no deja de mirarme en la otra acera. Paso de aquel lunático y sigo con mi camino. Me meto en un callejón estrecho para llegar antes a mi destino, puesto a que ese tipo me ha dejado intranquila. Pero antes de terminar el callejón, lo vuelvo a ver delante de mí acompañado por más personas vestidas de negro que me miran. El pánico empieza a correrme por el cuerpo y me giro para salir de allí corriendo, pero un fuerte golpe en la cabeza hace que caiga inconsciente en el suelo.

La cabeza me duele muchísimo y apenas puedo abrir los ojos. Puedo sentir que estoy atada a una columna. ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estoy?

-¿Estáis seguro de que es ella?- Oigo una voz femenina.

-Sí. Podemos percibir el mal que habita en su interior.- Ahora es un hombre quien habla. ¿Se refieren a mí?

-Hay que matarla cuanto antes. No podemos permitir que esto siga adelante.- ¿Van a matarme? ¿Por qué? Intento moverme pero no tengo fuerzas para hacerlo. Abro nuevamente los ojos, pero veo borroso y no puedo distinguir a las personas que hay en la habitación. Un rugido hace que las personas presentes a mí alrededor se sorprendan. Puedo ver siluetas, sombras pero no con claridad. Veo como dos grandes animales acaban con todos y cada uno de ellos.

In My BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora