In My Blood

Capítulo 5

Las clases no habían sido muy pesadas hoy. Se pasaron rápidas. No dejé de pensar en Damon y sus extrañas comparaciones.

-Hoy estás pensativa.- Dice mi amiga, mientras le da un bocado a su sándwich. Estamos bajo un árbol con Nathan y Ariana.

-Anoche pasó algo cuando me dejaste en casa.- Sophie me mira y deja de masticar.- Bueno no tiene importancia.- Me quito la capucha de la sudadera de mi cabeza y sigo comiendo mi ensalada de pollo.

-Habla.

-Después te cuento.- En ese momento Nathan se vuelve hacia nosotras.

-Quedan tres días para el baile de iniciación.- Dice mi amigo.- El tema es ''Años ochenta y noventa.'' Encaja a la perfección con vosotras.- Sophie da un salto de emoción cuando escucha eso y me palmea la pierna.

-¡Arrasaremos, Sel!

-¿Qué os pondréis?.- Pregunta mi rubia amiga.

-No iré, Ari.- Todos hacen muecas raras con la cara.- ¿Qué?

-¿¡CÓMO QUE QUÉ!?- Dice Sophie.- ¡No me jodas Sel! Irás sí o sí. ¿Se puede saber que bicho te ha picado?

-Simplemente no tengo ganas. La última vez que fui a una fiesta mi novio...bueno mi ex se iba a tirar a un zorrón de los buenos en mi cara.- Hago una pausa mientras siento lágrimas hinundando mis ojos.

-Sel...Leon es un capullo hijo de puta. No te merecía en absoluto.- Dice Nathan. Mis ojos no aguantan más y dejan escapar algunas lágrimas. Recojo mis cosas y me pongo de pie.

-¿Dónde vas?- Pregunta Sophie.

-Sabes donde voy.- Mi amiga relaja el rostro y me sonríe.

-Diré que te has puesto mala.

-Te quiero Sophie.- Me coloco la maleta.- Nos vemos chicos.- Me despido de Nathan y Ariana y camino hasta dejar el instituto atrás. Cruzo una carretera y me introduzco en el bosque. Me encanta ir por aquí. Dejo que mis lágrimas caigan libremente mientras me dirijo a ver a mi madre.

Abro una reja negra y paso entre tumbas de todo tipo de formas. Me detengo al ver Katherine Hamby en una lápida. Sonrío entre lágrimas mientras me acurruco allí, en su lápida, con ella.

-Hola mamá. Siento no haber venido en un tiempo.- Pasan los minutos, las horas. Le conté todo lo que me pasó estos cuatro meses. Hace nueve que ella murió. La siento conmigo, sé que está conmigo.

El sonido de un cuervo me despierta. Abro mis ojos y veo como oscureció. Me levanto y miro al cuervo que está sobre la lápida de mi madre.

-Hola.- Le dije. El cuervo me miró y empezó a girar la cabeza hacia un lado. Yo hice lo mismo. Después hacia el otro. Repito sus movimientos.- Debo parecer una idiota ahora mismo. Tal vez estés extrañado porque no me asustas.- Río y cojo mi maleta.- Adiós cuervo. Adiós mamá, te quiero.

Salgo del cementerio y cierro la reja detás de mi. Una espesa niebla había cubrido todo el llano. Debería estar asustada, pero al contrario de eso, me gustan estos tipos de ambientes. Sophie hubiera hechado a correr. Camino entre los árboles mientras contemplo aquel oscuro y tétrico paisaje. En ese momento veo una sombra moverse a una velocidad casi imperceptible. La ignoro. Un ruido hace que gire sobre mi encontrándome con Stefan. Éste me mira sorprendido. Joder con los Salvatore.

-¿Selena? ¿Qué haces aquí?

-Eso mismo te pregunto yo.

-Vine a despejarme. Damon me saca de mis casillas.