Capítulo 11

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Nunca había sentido tanta calidez en un beso. Jamás hubiera pensado que una persona tan fría como él pudiera hacerme sentir lo que me hizo sentir. Ni siquiera Damon.

Su mano se posa en mi cara, haciendo que el contacto físico de ambos se intensifique más. Me besa con miedo, pero noto desesperación en cada beso que me da. Se detiene, pero no se aparta de mi. Clava sus ojos en los míos, haciendo que mi corazón lata mucho más deprisa. ¿Por qué me dejé?

-Klaus...- Vuelvo a decir. Él no responde, solo me observa. Sin moverse del sitio.- ¿Estás bien?

-Discúlpame.- Seguido de ésto, se marcha.

-¡Klaus!- Grito. Niklaus se detiene pero no se gira.

-¿Te vas a ir así sin más? Primero me dejas medio muerta en tu casa, me dices cosas horribles, me besas y te vas. ¿A qué demonios juegas conmigo? ¡Respóndeme!- Klaus se gira y viene hacia mi con decisión.

-Y tú, ¿por qué te dejaste besar por este monstruo que casi te mata física y psicológicamente?- Abro los ojos sorprendida por su pregunta.- Respóndeme.- Ya no puedo retener mis lágrimas y las dejo ir.

-No lo sé. Y no quiero saberlo.- Ahora soy yo la que se va, dejándolo con la palabra en la boca.

Después de una larga ducha y una ligera cena, me tumbo en la cama como cada noche a esperar a Damon.

-Qué raro... ya debería estar aquí.- Doy un gran suspiro y cojo el móvil, revisando el registro de llamadas y los mensajes. Nada de él. Decido esperar un rato más. Tal vez está con el amigo que vino a verlo.

Me desespero un poco. Hoy lo necesito más que nunca y no está. Ya pasó una hora y media. Lo llamé tres veces y me salta el contestador. También llamé a Stefan y no sabe dónde está. No pienso esperarlo más. Hago el intento de dormirme y a duras penas lo consigo. ¿Le habrá pasado algo?

Damon no me ha llamado en todo el día. Le envié un par de mensajes en clase pero no hubo respuesta. He decidido ir después de clase a la casa de los Salvatore.

Llamo al timbre y al cabo de un minuto y medio me abre la puerta una chica que se está riendo animadamente. Detrás de ella está Damon.

-Sel...- Oigo decir a Damon. La chica me mira un tanto extrañada. Tiene el pelo corto y liso. Es castaña, de tez morena y ojos oscuros. Y un gran parecido a mí.

-¿Elena?- Aquel nombre sale por mi boca inconscientemente. La chica levanta una ceja y mira a Damon.

-Sí, ¿y tú eres?- Ahora encaja todo.

-Nadie que importe.- Me giro decidida a irme pero Damon me agarra del brazo.

-Espera Sel, por favor.- Me suelto de su agarre y lo miro.

-¿Por qué Damon? ¿Por qué has jugado conmigo?- Él abre los ojos sorprendido.

-No he jugado en ningún momento contigo. Déjame que te explique.

-¿Explicarme qué? ¿Qué has estado conmigo mientras intentabas reconquistar a tu ex de nuevo? ¿O que has estado conmigo porque me parezco a ella y ella no estaba a tu alcance? ¡Dime!- Lo empujo con ambas manos. Damon calla.- ¡Háblame!

-¿¡Qué es lo que pasa!?- Grita Stefan que acaba de venir.- ¿Elena? ¿Qué haces aquí?- Todos se miran entre ellos. Yo solo soy capaz de mirar al suelo.

-Eso me gustaría saber a mí, Stefan.- Dice Elena.- ¿Quién eres?- Me mira.

-Hasta hace un minuto era novia de Damon.- Elena se queda en shock.- Pero veo que no era más que un juego de un hijo de puta que se aburría y una estúpida que se enamoró de él.- Y con las mismas me voy. No soporto más esa situación.

-¡Sel, espera!- Oigo decir a Stefan, pero lo ignoro. Aún no me creo lo que acaba de pasar. Y yo estaba convencida de que me amaba como yo a él. ¿Por qué cojones tuve que enamorarme de ti, Damon Salvatore?

-¡DAMON!- Grito desesperadamente mientras me levanto hiperventilando. Tengo la cara mojada de lágrimas y el cuerpo frío. Miro la hora, son las tres y media de la mañana.

-Hija, ¿qué sucede?- Entra mi padre preocupado al cuarto y se sienta a mi lado. -Oh cielo, ¿por qué lloras?- Me abraza mientras me aferro a él.

-Papá...- Mi llanto aumenta. Él se limita a acariciarme el pelo y dejar que me desahogue. Cuando dejo de llorar, me mira preocupado a los ojos.

-Dime, Selena. ¿Qué es lo que te ocurre?- Me sueno los mocos y me limpio la cara.

-¿Por qué duele tanto enamorarse, papá?- Él suspira.

-El amor es algo complejo, mi vida. Es el sentimiento que más cosas te va a hacer sentir. No es fácil, a veces duele más, otras menos.- Me coge la cara con sus manos.- No sufras mi amor, eres joven y hermosa, lista y madura. Cualquier hombre, mujer o ser con vida querría estar contigo. –Eso hace que sonría. Cuanto quiero a este hombre.- Estoy muy orgulloso de ti, pequeña.- Me besa la frente y se levanta.- Buenas noches princesa.

-Buenas noches papá.- Mi padre sale de mi cuarto y yo abrazo a Zaphiro, que ronronea para que lo acaricie.- Buenas noches a ti también.

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Elena en multimedia.

In My BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora