La cálida brisa de mayo hacía que los árboles bajo los que Changkyun estaba sentado se mecieran ligeramente. Disfrutaba estando solo; tener tiempo para pensar le ayudaba a relajarse y el aroma que desprendía la caja de arroz con curry que acababa de comprar en la cafetería le transportaba a su pequeño mundo del que no quería salir.
Después de haber terminado el recital, Changkyun había evitado deliberadamente encontrarse con Kihyun; su amigo había presenciado la escenita que tuvo con Wonho justo antes del concierto, y estaba seguro de que le aguardaba un interrogatorio si se topaba con él.
Pero por supuesto, su paz no podía durar ni dos minutos.
—Confiésalo.
El pelinegro puso los ojos en blanco y se giró hacia Kihyun, el cual había tomado asiento a su izquierda en el césped junto a Hyunwoo.
—¿Qué quieres que confiese? —inquirió el menor haciéndose el tonto y removiendo su arroz distraídamente con los palillos.
—Todo —respondió con rotundidad el de cabellos rosas—. Para empezar, ¿de qué conoces a Wonho?
Changkyun frunció el ceño.
—¿Y tú cómo sabes su nombre? —preguntó dejando a un lado su almuerzo.
—Oh, vamos, todo el mundo sabe quién es Wonho. —Los ojos del menor se desviaron hacia los de Hyunwoo, cuya expresión facial confusa indicaba que él no formaba parte de ese 'todo el mundo'. Como ninguno de los dos sabía por qué deberían conocer a Wonho, Kihyun los miró incrédulos—. ¿En serio? ¿Nunca habíais oído hablar de él? ¿El chico por el que todas las tías del campus babean? ¿El de la sonrisa perfecta? ¿El que se dice que se ha tirado a medio...?
Pero Kihyun no pudo proseguir su discurso porque la gran mano de Hyunwoo le tapó la boca.
—No digas esas cosas en frente del pequeño —le riñó el moreno antes de retirar su mano, ganándose un chasquido de lengua por parte de Kihyun.
Changkyun se sonrojó levemente y se abstuvo de hacer ningún comentario: en estas situaciones, parecía que le consideraban como un niño completamente inocente. Y, en parte, no era verdad. Puede que no tuviese experiencia en los temas amorosos, pero había oído ciertas... cosas.
—No sé por qué me molesto... claro que no lo conocéis. Los dos sois unos raritos —resopló Kihyun derrotado, recibiendo una sonrisa por parte de ambos—. Y todavía no me has contestado.
Esta vez se dirigió a Changkyun, el cual tragó saliva y desvió la vista a un lado.
—Ayer hablamos un rato... nada más. —El pelinegro sabía que su explicación había sido muy pobre, y que para nada iba a saciar la curiosidad de Kihyun—. Él me rompió las gafas, ¿vale? —confesó finalmente.
—¿Que él hizo qué? —bramó el pelirrosa alzando las cejas. Su reacción bastó para que Changkyun se arrepintiese de habérselo contado; conociendo a su amigo, probablemente pensaba que Wonho se había metido con él y que le había roto las gafas a propósito.
Changkyun ya había tenido problemas en sus anteriores escuelas por culpa de que lo consideraban un bicho raro, alguien que no terminaba de encajar en ningún lugar. Siempre fue un blanco fácil para los matones, pero ya se había acostumbrado; es por esto que, desde que conoció a Kihyun en el salón de actos donde uno hacía recitales de piano y otro interpretaba sus obras, este se convirtió en una especie de madre sobreprotectora.
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A dos notas de tu corazón [WonKyun]
FanfictionPara Changkyun, Wonho es como una estrella: algo muy brillante, pero también lejano e inalcanzable. El popular chico vive en un mundo totalmente distinto al de Changkyun, y él es muy consciente de ello. Tiene claro que, si intenta aventurarse hacia...