Por impulso, Changkyun se levantó de sopetón y, agarrando las partituras con firmeza, le dio un golpe en la cara. Wonho no tuvo tiempo de apartarse y soltó un grito ahogado, más por la sorpresa que por el impacto: había sido como sentir una bofetada en la mejilla, pero una con muy poca fuerza.
El mayor se quedó en el sitio, y ambos se miraron con los ojos muy abiertos: uno porque no asimilaba que lo hubiesen rechazado de aquella manera, y el otro porque no daba crédito a la estupidez que acababa de hacer.
Sin mediar palabra, Changkyun inclinó la cabeza a modo de disculpa y bajó corriendo los escalones, marchándose a toda prisa del polideportivo.
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—¿Que te dio una bofetada? —preguntó sorprendido Jooheon, cayéndosele las verduras que sostenía con sus palillos.
Hyungwon también dejó de comer su ensalada y lo observó con los ojos abiertos como platos. Sus dos amigos lo miraban estupefactos y Hoseok suspiró.
—Yo no he dicho eso —murmuró Wonho, descansando su mejilla en la palma de su mano.
—Has dicho que te dio en la cara, ¿acaso no es lo mismo? —argumentó el rubio confuso.
Hoseok dejó caer la cabeza sobre la mesa de la cafetería.
—Fue con unas partituras... —explicó decaído. Ni siquiera le había dolido, lo que más le hirió fue el rechazo de Changkyun.
—¿Unas partituras? —repitió Jooheon con una risita. Parecía que todo este asunto le hacía mucha gracia. Hyungwon le dedicó una mirada gélida que hizo que su sonrisa se borrase.
Wonho le ignoró e hizo un puchero con los labios, fijando la vista en su plato de ramen que todavía no había tocado. El día anterior, después del incidente en el polideportivo, trató de volver a hablar con el pianista. Le esperó en la puerta de su clase, pero el pequeño chico pasó de largo, ignorándole muy descaradamente.
No sirvió de nada enviarle mensajes, pues siempre le dejaba en leído. Wonho estaba empezando a volverse loco: ¿por qué le había rechazado de aquella manera? ¿Por qué le evitaba? ¿Acaso había hecho algo mal...?
—Wonho... —le llamó Hyungwon a su derecha, dándole unas suaves palmaditas en la espalda—... no te preocupes, estoy seguro de que Changkyun tuvo sus razones.
El castaño bufó ante aquello. Justo cuando pensó que habían avanzado en su relación, Changkyun le daba con unas partituras y le hacía perder toda esperanza: parecía que habían vuelto a como estaban al principio.
—¿Por qué me evita? —se lamentó Wonho, sin esperar ninguna respuesta. De repente, una idea cruzó su mente y palideció—. ¿Acaso... —empezó a decir antes de despegar la cabeza de la mesa—... no le gusto?
El castaño se horrorizó por sus propias palabras: era imposible. Él le gustaba a todo el mundo, nunca le habían rechazado... tal vez Changkyun era la excepción.
—Changkyun es muy tímido, tienes que darle tiempo —le tranquilizó Hyungwon, haciendo que se quedase pensativo: su amigo tenía razón. Wonho intentaba ser paciente, pero no podía evitar querer estar con Changkyun, para poder tocarlo, y abrazarlo y...
—¡Eh, mira! ¿No es ese Changkyun?
La llamada de atención de Jooheon hizo que todos mirasen hacia donde señalaba. Efectivamente, el chico de gafas estaba en la barra de la cafetería, esperando por su comida. Rápidamente, Wonho se levantó de su asiento y se dirigió hacia allí, dejando a sus dos amigos en la mesa y observándole divertidos.
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A dos notas de tu corazón [WonKyun]
FanfictionPara Changkyun, Wonho es como una estrella: algo muy brillante, pero también lejano e inalcanzable. El popular chico vive en un mundo totalmente distinto al de Changkyun, y él es muy consciente de ello. Tiene claro que, si intenta aventurarse hacia...