Capítulo 5: El mejor club

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—Cuando sostengáis un bebé, hay que tener especial cuidado con su cabeza —explicó Wonho sonriendo. Miró a la coordinadora del club, una señora de mediana edad que también lo escuchaba sentada con el resto de las chicas, y asintió orgullosa.

Changkyun todavía no daba crédito a que este club existiera, y menos que Wonho perteneciese a él; se quedó clavado en la puerta, observando en silencio el panorama que tenía delante.

El castaño colocó delicadamente su mano sobre la cabeza del muñeco mientras que con la otra lo agarraba con firmeza y le daba palmaditas en la espalda, arrullándolo contra su pecho.

La coordinadora y todas las demás estaban encandiladas por la demostración de cómo sujetar a un niño pequeño. O más bien por la persona que lo estaba sujetando.

—Hoseok oppa... —le llamó una chica de flequillo recto alzando su mano—... ¿podrías enseñarme a sostenerlo?

—Claro.

Cuando Wonho se arrodilló frente a ella y le pasó con cuidado el muñeco, la chica soltó una risita muy poco disimulada y se sonrojó notoriamente.

El ceño de Changkyun se arrugó ante esto: era obvio que a esa no le interesaba aprender a sujetar un bebé. El pequeño chico no pudo evitar soltar un bufido que atrajo la atención de Hoseok; sus ojos se encontraron y el pelinegro dio un respingo antes de retroceder apresurado.

Apoyó la espalda en la pared contigua a la puerta con las mejillas rojas como tomates y se quedó inmóvil, apretando con fuerza su carpeta: Wonho le había visto... seguro que pensaría que le estaba espiando.

—Bueno chicas, creo que es suficiente por hoy —anunció el castaño al otro lado de la pared, ganándose las quejas y los lamentos de sus 'compañeras de club'—. Oh, venga... no seáis así.

—El próximo día aprenderemos a cambiar pañales —añadió la coordinadora.

Poco a poco, todas se empezaron a marchar con desgana del aula, pasando al lado de Changkyun. Solo una de ellas reparó en su presencia; la chica del flequillo recto le miró unos segundos extrañada antes de proseguir su camino.

Wonho y la coordinadora salieron al mismo tiempo; la señora le dio un par de palmaditas en la mejilla con orgullo en su mirada y se marchó por el pasillo. El chico suspiró y se giró hacia Changkyun, el cual no levantaba la vista del suelo.

—No pensé que vendrías a verme.

El pelinegro alzó la mirada tímidamente y se encontró con un rostro amable que le observaba con una sonrisa cansada.

—Bueno... yo... —tartamudeó nervioso. Tragó saliva y se obligó a sí mismo a dejar de ser tan inseguro—. Vi tu mensaje —logró decir más calmado.

Wonho apretó los labios en una fina línea antes de tomar asiento a su izquierda en el suelo, descansando la espalda en la pared. Changkyun le miró desde arriba unos instantes y le acabó imitando, sentándose también en el suelo.

Como el castaño no dijo nada, fue el pequeño pianista quien tomó la iniciativa en la conversación.

—¿Por qué querías que nos viéramos después de clases?

Silencio.

Aquello no sirvió para tranquilizar a Changkyun, que se empezaba a preguntar si Hoseok estaba enfadado con él.

A dos notas de tu corazón [WonKyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora