Capítulo 4: Somnoliento

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Las pequeñas manos de Changkyun sostenían su móvil con fuerza. No podía parar de revisar una y otra vez los mensajes que había intercambiado con Wonho desde el día que le dio su número de teléfono.

Ese mismo martes, el castaño le envió un mensaje por la tarde preguntándole qué tal estaba; Changkyun no se esperaba que le hablase tan rápido, y no le contestó hasta el día siguiente. Cuando reunió el valor suficiente, le respondió con un simple 'bien', y ahí se terminó la primera conversación.

Triste, pero cierto.

El jueves, Wonho tomó la iniciativa de nuevo y se interesó acerca de sus estudios, a lo cual el pelinegro volvió a contestar con un cortante 'todo bien'. Ese mismo día, se topó con él por los pasillos de la facultad y se puso tan nervioso que fingió no verle y pasó de largo.

Se mordió el labio y se riñó mentalmente; no pretendía ser tan frío, simplemente sus habilidades sociales eran nulas. No quería que Hoseok pensase que le caía mal y que debido a eso le trataba de aquella manera.

Y hoy, viernes, Changkyun temía que el chico le volviese a hablar y que él no supiese de nuevo qué contestarle.

—Aquí tienes.

La voz de la camarera le sacó de sus pensamientos y se apresuró a guardar su móvil en el bolsillo de su chaqueta; se colocó su carpeta llena de partituras bajo el brazo y cogió la taza de café humeante que la mujer mayor le estaba ofreciendo en la barra de la cafetería antes de retirarse caminando lentamente.

Pasó al lado de una bulliciosa mesa y tomó asiento en una zona apartada, cerca de las ventanas. Dejó su portafolios a un lado y colocó sus manos a ambos lados de la taza para entrar en calor.

Normalmente desayunaría con Kihyun y Hyunwoo, pero aquella mañana ambos estaban ocupados. Hoy al mediodía era la obra de teatro del su compañero de habitación, el cual llevaba en el salón de actos ensayando desde primera hora de la mañana. Se tomaba su interpretación muy en serio.

Y respecto a Hyunwoo, tenía entrenamiento en el estadio del campus; su grande amigo pertenecía al club de fútbol, y los viernes debían comenzar los calentamientos especialmente temprano ya que los fines de semana solían tener algún partido.

Sin embargo, la soledad no era algo que molestase a Changkyun. De vez en cuando, agradecía tener un rato a solas para estar tranquilo; especialmente agradecía tener un descanso de los sermones de Kihyun acerca de lo poco que se fiaba de Wonho y de que debía tener cuidado con una persona como él.

Aspiró el delicioso aroma del café y cerró los ojos: adoraba su amargo olor. Con una pequeña sonrisa, cogió la taza por el asa y sopló suavemente la superficie de la bebida caliente antes de beber un sorbo.

Qué rico estaba... Changkyun podría sobrevivir a base de café.

Cuando volvió a beber otro poco, la presencia de alguien a su izquierda hizo que alzase la mirada en esa dirección y dejase la taza de nuevo en el plato. Un chico muy alto y delgado le observaba con una sonrisa extraña; sus cabellos negros ligeramente ondulados estaban peinados hacia un lado, sus ojos estaban medio cerrados y parecía que se estaba muriendo de sueño.

El menor lo observó inquieto: por su aspecto somnoliento, tenía pinta de que se iba a caer redondo al suelo en cualquier momento.

—Hola —le saludó el desconocido con una delicada voz.

Changkyun dio un pequeño respingo sin despegar la vista del esbelto individuo.

—Ho...hola —respondió dudoso, sin saber todavía por qué esta persona que no conocía de nada se acercaría a hablarle.

A dos notas de tu corazón [WonKyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora