El Chico Espacial

Nada

Pasillos del laboratorio central, 2:17pm.

El humo de los disparos y la sangre que goteaba, ayudaron a Eiclod y Margo a escapar pero encontrar la salida era absolutamente imposible. Ambos corrían entre los pasillos tratando de escapar hasta que se percataron que toda una tropa de soldados estaba detrás de ellos.

Sin perder mucho tiempo, los tres entraron en unos ductos subterráneos que llevaban todo el cableado y alcantarillado del laboratorio.
Los olores eran horribles pero logran sobre llevarlo.

De repente Eiclod recibe un disparo en el hombro. (Imagínalo en cámara lenta) El se sorprende de ver que esta vez si lo habían lastimado. Se trataba de una bala de una aleación especial, diseñada para repelerlo a él en casos como este.

Al voltear, se dan cuenta de que eran varios militares que ya estaban atrás de ellos.
Al voltear a ver Eiclod, Margo se da cuenta de que la bala había logrado herirlo y comienza a asustarse.

-Alto, ya!!! No tienes escapatoria!!- Grita uno de los guardias.

Ambos retroceden unos pasos más pero ya no tenían salida ya que el camino había terminado en el borde del tubo que daba hacia un risco donde desechaban todos los restos del lugar.

-Entrégate, experimento!!- Le ordenan.

Ambos estaban nerviosos. A sus espaldas solo se veía el agua sucia que caía por el borde del tubo hasta el fangoso fondo.

Es ahí cuando lo escuchan, el sonido de un pequeño objeto metálico caer en la pestilente agua que corría entre sus pies. Ambos voltearon a ver y se dieron cuenta que se trataba de una granada de mano, un arma primitiva y poco potente en actualidad, pero aún así era peligrosa para el bebé.

El soldado, en cuanto dejó caer el seguro de la granada, arroja el arma en dirección a los dos jóvenes , quienes sin poder hacer algo, solo observan como ésta cae al agua entre sus pies.

Los guardias se cubren detrás de sus escudos de protección antigranadas y esperan.

Margo rápidamente se arroja encima de la granada, soltando a su bebé.
En segundos, el estruendo y la onda expansiva es sofocado por el cuerpo de la joven, quien no se levanta después de esto.

Estaba impactado, Eiclod no se movía y solo el sonido del llanto del bebé lo hace reaccionar y rápidamente se acerca a Margo para tratar de levantarla pero al voltearla se da cuenta de que la explosión había desgarrado el estómago de la joven y sus entrañas rasgadas se salen de su cuerpo al mismo tiempo que su espina dorsal se parte en pedazos.

-No..o.. de..ejes.. que.. lo.. re..ecu..per..e..en...- Suplica la aún con vida joven.

Ella observa a Eiclod y le acaricia la cabeza a su bebé con la poca vitalidad que le quedaba y se desploma para morir.

Silencio, solo había silencio en ese momento.

Los guardias, comienzan a bajar sus escudos al ver que la explosión había pasado, para ver si habían logrado derribar a sus objetivos pero ven que el experimento seguía de pie.

Venganza, era lo único que quería. Eiclod voltea a ver a los soldados y al darse cuenta de que le apuntaban con esas armas que lo habían herido, solo pensó en salvar al bebé.

Sin pensarlo más e ignorando las amenazas por parte de los guardias, Eiclod salta al vacío aferrandoce al pequeño con todas sus fuerzas.

Al ver esto, los guardias corren hasta el borde del tubo para tratar de verlo pero la neblina del abismo evita que sea visible ante sus ojos.

-Usa la visión térmica! Ubícalo!!- gritaba un guardia.

Los soldados trataban de localizarlo con su visor térmico pero fue imposible, ya que era una de las habilidades que le habían dado en el laboratorio.