El Final De Todo

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Había mucho viento por todos lados.

La enorme energía que estaba acumulando el androide había provocado que se formara un tornado donde él y el cuerpo de Gin se habían convertido en el ojo del huracán.

Los escombros volaban por todas partes al mismo tiempo que chocaban con otro objetos ocasionando que se hicieran más escombros que peligrosamente se convertían en proyectiles.   

Todo esto hacía que fue imposible para Eiclod el poder volar y salir de ahí, así que decide alejarse a pie. Esto le costaba muchísimo ya que por sus heridas se le dificultaba mucho andar.

Esto era bastante extraño que él era completamente capaz de auto sanarse pero los cortes y heridas que le había provocado el androide por alguna razón no se curaban.

Con mucha dificultad Eiclod se estaba alejando del turbulento epicentro cuando escucha los gritos del Sr Shanthell que trataba de hacer que el androide lo escuchara.
Al verse atrapado y viendo a Eiclod parado frente a él le pide ayuda.

Eiclod lo observa con algo de desagrado y comienza a caminar hacia otra dirección pero se detiene. Solo pasan unos segundo cuando se decide regresar por él.

Shanthell al ver que su experimento venía hacia él, se alivia y cuando estaban frente a frente de nuevo, Eiclod le extiende la mano y lo ayuda a levantarse.

-Rápido! sácanos de aquí!-. Le ordena desesperado.

Con mucho trabajo, Eiclod ayuda a Shanthell para que se apoye sobre su hombro y ahora bajo la presión, él intenta volar por exigencias de Shanthell.

-Este planeta va a explotar!! Tienes que volar hasta otro planeta!- ordena.

Pero Eiclod estaba teniendo muchas dificultades para coordinarse, es aquí donde de repente una fuerte explosión se escucha a lo lejos y ambos voltean a ver rápidamente.
Los dos se sorprenden de ver cómo el androide había colapsado ocasionando una fuerte ráfaga de viento, seguido de un calor abrasador.

De inmediato Eiclod intenta volar pero el peso extra le impedía moverse.

-Rápido!! Nos va golpear la onda expansiva!!-

Pero más se tardo en decirlo que la fuerza de la explosión en alcanzarlos. Ambos son alcanzados con muchísima fuerza y violencia hacia la atmósfera del planeta para después quedar flotando en medio de la nada.

A sus espaldas solo había quedado un montón de polvo y fragmentos de lo que un día fue un planeta y aunque no lo parecía, la increíble energía que liberó el androide comenzaba a avanzar a lo largo de la galaxia sin detenerse, quemando poco a poco planeta tras planeta.

Algunos días después...

Eiclod abre lentamente los ojos pero no podía ver nada. Estaba en plena oscuridad y solo podía sentir muchísimo frío.

Algo cansado, trata de reincorporarse pero el dolor que aún sentía su cuerpo se lo impidió. Es aquí donde se percata de un dolor pulsante a un costado de su abdomen, así que con una de sus manos comienza a palparse para ver de donde venía. Usa su mano derecha para averiguar de donde provenía este dolor insoportable y al tocar su abdomen se le heló la sangre.

Con un gran suspiro acepta lo ocurrido y voltea ligeramente hacía un costado para tratar ver a su alrededor pero no había nada.
Él lo sentía, sabía que ya no quedaba nada y fue ahí donde se dio cuenta de lo simple e insignificante que sería su muerte.

Flotando completamente solo en medio de un vasto e interminable universo.

Pasadas algunas horas en las que estuvo flotando a la deriva, de repente es golpeado ligeramente por un pequeño fragmento de meteorito en el cual decide apoyarse para poder morir en paz, pero su tranquilidad es interrumpida cuando lo escucha. Era Shanthell quien se estaba apoyando del mismo fragmento de roca.

Al sentir la presencia de un extraño en el fragmento de roca, Shanthell golpea a Eiclod en la cabeza.

-Quien eres!? Eres el androide!?-

No lo podía creer, este hombre se había librado de la muerte en tantas ocasión que tenía que ser una especie de broma.
Al ver que se trataba de su proyecto, Shanthell se comienza a reír como un loco demente.

-Ahora soy yo quien tiene el control de todo! Ahora te voy a matar para poder usar tu ADN en otro proyecto! Y esta vez... lograré mi cometido!-.

Eiclod lo escucha delirar y se decepciona.
En ese momento comienzan a pasar algunos escombros envueltos en llamas y es cuando logran ver lo que ocurría a su alrededor.

-Ya se dio cuenta!? Aquí ya no queda nada! Sólo estamos usted y yo!-.

-Jajajajajaja! Que!? Mientes!-.

-Sólo mire a su alrededor! No hay nada! Usted ganó! Lo logró!-.

Después de decir esto, el Sr Shanthell mira a su alrededor y ve la inmensa oscuridad del universo, escombros siendo consumidos y fragmentos de planetas convertidos en meteoritos y basura espacial.
No habían más planetas, no brillaba ningún sol, las nebulosas habían desaparecido y sólo se veía la roca en la que se encontraban flotando a la deriva.

-No podemos estar solos!! Es mentira!! ES MENTIRA!!!-. Grita desesperado.

Eiclod solo lo observo callado pero decide ignorarlo para después sentarse tranquilamente, esto no pasó desapercibido para Shanthell quien notó lo débil que estaba el joven.

-Que tienes!?-. Le pregunta ansioso.

-Estoy muriendo!-. Responde Eiclod muy tranquilo.

-No!! No puedes morir!! No me vas a dejar sólo aquí! Te voy a curar y te quedarás conmigo!!-

Es aquí cuando se acerca al joven y es cuando se da cuenta de la gravedad de la herida. Una gran parte de su torso ya no se encontraba, sus vísceras estaban expuestas y colgaban por fuera de su cuerpo.

Al ver esto el Sr Shanthell se queda un poco pasmado pero aún así trata de controlar la hemorragia pero es muy insensato de su parte siquiera pensar que podría curar una herida tan grande como esa y sin ningún tipo de equipo médico.

-No puede hacer nada... Es mi hora al fin...-

-No! No me quiero quedar sólo aquí! Ahora que haré!?-

-No se sienta mal... Ahora tiene todo el universo para usted sólo...-

Pasan varias horas y a pesar del pronóstico... El Sr Shanthell no dejó te intentar parar el sangrado de Eiclod.

-Sr Shanthell... creo que ya me siento mejor...!Sientece... Ya no estoy sangrando...-

El Sr Shanthell se sienta de inmediato al lado de Eiclod y ambos se quedan viendo hacía la nada.

De repente Eiclod rompe el silencio y le pide que le cuente su historia y como había llegado a convertirse en un científico.

Sin negarse, el Sr Shanthell empieza a platicar su vida, de como cuando era niño sus padres le habían exigido tanto ya que los logros de su hermano mayor opacaba todo su esfuerzo.

Mientras él hablaba, Eiclod volteó su mirada hacia el espacio y ahí logra ver la bonita sonrisa de Margo. Ella sonreía cálidamente mientras a él le brotaba una única y discreta lágrima acompañada de una ligera sonrisa.

De esta manera pasaron varias horas y horas con Shanthell platicando y riendo de sus propios recuerdos hasta finalizar a este punto.

Shanthell suspira muy profundo y le pide a Eicod que le cuente ahora sobre su vida pero al voltear a verlo se dio cuenta de que él ya estaba muerto.
La coloración de su piel indica que ya llevaba varias horas muerto y su rostro demostraba mucha paz.

Ahora si la misión había terminado, el universo había sido conquistado y su nuevo dueño se llamaba Shanthell Lepier Dugvùa.

El Chico Espacial Where stories live. Discover now