¿Drake?

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**Drake**

La estaba vigilando, me encontraba en su habitación. Recorrí lentamente la alcoba examinando su tocador, llamó mi atención un marco con una fotografía en éste. Me acerqué y lo tomé con mi mano, la foto era de ella con sus papás, debía tener no más de ocho años. Se le veía sonriente, su mamá la cargaba, y su papá la miraba orgullosamente.
Deje el marco en su lugar, giré mi vista hacía el baúl que tiene en la piecera de su cama, se que no debería pero algo dentro de mi quiere ver que es lo que tiene ahí, en su "baúl sagrado de los recuerdos" cómo así lo llama ella desde pequeña.
Avanzo lentamente hacía el, me inco y lo abro despacio. Un albúm de fotos es lo primero que veo, con mucho cuidado lo sacó y empiezó a hojearlo.
La primera foto es de ella, de bebé, juega en una resbaladilla. Voltéo la hoja y la siguiente foto me causa un nudo en la garganta, una hermosa bebé observa fijamente la cámara mientras esta sentada en el regazo de su papá.

 Voltéo la hoja y la siguiente foto me causa un nudo en la garganta, una hermosa bebé observa fijamente la cámara mientras esta sentada en el regazo de su papá

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Después de ese día, su vida cambió de forma radical. El amor y la atención de su padre cambiaron radicalmente, disminuyendo cada vez más.
Las siguientes fotos son de ella en sus entrenamientos de tae kwoon do; cuándo ganó la competencia a nivel nacional, cuándo se lástimo y dejo de entrenar, las que siguen son de ella con 10 años y su mascota, las fotos son realmente conmovedoras, pero más allá, reflejan cómo su vida cambió. Hubó una en particular que llamó mi atención y causo algo que no se cómo describir en mi; era ella, calcúlo que tenía 13 años, y estaba con su mamá. Ambas estaban en una cafetería, Jess tenía las manos juntas, y miraba su plato pero había algo en su mirada, algo... triste.
Su madre estaba sentada frente a ella, y parecía que era una despedida.

Jess siempre necesito a sus padres, pero jamás estuvieron con ella cuándo los necesito. Yo era testigo de cómo cada noche, le pedía al Señor que le mandará un amigo, o que le devolviera a sus padres. Yo fui testigo de su carita bañada en lágrimas porque se sentía sola, y no había nada que me causará más tristeza que eso.
Cerré el albúm y lo deje a un lado en el piso, miré hacía el interior del baúl y vi en el fondo varias cartas, las tomé y empecé a verlas.
Unos eran dibujos de ella con su familia, otros eran dibujos de ella y su papá, y los últimos eran nadamás de ella. Las siguientes cartas eran de ella dirigídas a su mamá, preguntando por que no la quería, si ella la amaba.
Las últimas eran dirigídas a su papá, diciendo que lo necesitaba.
Leer la desesperación que tenía por tener cerca a sus padres me rompió el corazón, y sentí la necesidad urgente de protegerla de todos.
Algo resplandeció dentro del baúl, así que metí la mano y sentí algo duro y frío. Eran sus medallas de oro al ganar demasiadas competencias. Recuerdo que las primeras que ganó, tan prónto cómo llegó a casa corrió a enseñarsela a su papá.

**Flashback**

-Papá! Papá!- la pequeña Jess entró corriendo a la recámara de su papá, agitando tres medallas de oro- Mira! Gané! Gané!- su emoción podría verse hasta cien kilómetros de distancia.

 Las Lagrimas De Un Ángel, La Agonía De Un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora