Coreanos

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Después de llorar en silencio un rato, me lavé la cara y salí a dar una vuelta al hotel, ir a explorar serviría para olvidarme del mal rato de hace unas horas.

Caminé por los pasillos, desde está altura se podía ver una magnífica vista de Lóndres por la noche.

Llegué al living, y vi que había un considerable número de personas fuera del hotel sosteniendo pancartas, lonas y dibujos a través de los cristales de las puertas principales. Por lo visto un famoso se había hospedado.

Me acerqué a "Erick", el tipo del mostrador en recepción.

-Hola- su vista se clavó en mi y una sonrisa automáticamente apareció.

-Señorita West, regresó prónto- no dejaba de verme, y no súpe si sentirme alagada o acosada.

-Qué es todo eso de afuera?- giré mi vista hacia la salida, donde mayormente había chicas.

-Una banda se hospedo en el hotel y esas- señalo al grupo de fuera -Son sus fáns-

Bingo!

Después de darle mi número telefónico a regañadientes, seguí explorando el hotel. Llegué a una terraza, la vista que se tenía era increíble. Lóndres sin duda era una de las ciudades más hermosas al anochecer.

Me recargué en la barda observándo el paisaje, visualicé a lo lejos el reloj del Big Bang; unas luces blancas, azules y amarillas lo iluminaban.
A lo lejos se veía el London Eye, las luces blancas y verdes le daban un toque "místico" a las cabinas, y el agua del río se veía simplemente espectacular.

Me di la vuelta y regrese al interior, seguí explorando por los pasillos hasta que llegué a una especie de cabina dónde habían pocas personas reunidas.

Me acerqué para ver de que se trataba. Dos chicos entraron, y una música comenzó a sonar.
Estaban ensayando una coreografía.






Cuándo terminaron, los aplausos inundaron en lugar, todo mundo aplaudía inclúyendome. Los dos chicos (que eran coreanos) salieron del estudio, y estrecharon la mano de algunos de los presentes.
Giré sobre mis talones y regrese por dónde había venido.

Estando nuevamente en el pasillo, escuché pasos apresurados y una voz hablándome.

-Hey! Tán prónto te vas?-

Giré 180° y pude ver a un chico asiático que venía directo a mi.

-Lo siento, no quería asustarte- dijo sonriendo

-No me asustaste- dije sonriendo también.

-Oh claro, por eso giráste a la velocidad de la luz y buscaste algo con que aporrearme- su sonrisa creció, dejando ver sus blancos dientes.

-Humm, que tal si eras un asesino suelto? Merecías ser aporreado en dado caso- fingí indignación. Al cabo de unos segundos rompí en una carcajada al igual que el -Lo lamento, no debí estár ahí, nadie me invitó y supóngo que es algo privado- me había  pillado espiando, genial. Sentí que un leve rubor cubría mis mejillas.

El sonrió: -Bueno si es privado pero yo te estoy invitando- su sonrisa blanca cómo perlas era asombrosa, eso y el echo de que tenía una cara tierna y atractiva; tenía la piel palida, ojos cafés, cabello blanco platinado, labios rosas...

-No sabía que los coreanos daban conciertos en Europa-y era verdad, según yo, eso no pasaba.

-Bueno, yo soy un coreano que dará un concierto en Europa- su risa era encantadora, era tierna.

 Las Lagrimas De Un Ángel, La Agonía De Un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora