Pasado atroz

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Alguien planta un beso en mi mejilla, y poco a poco voy abriendo los ojos para darme de lleno con la imágen de Liam acariciando mi mano con su pulgar, y Logan frente a mi de cuclillas.

-Buenos días bella durmiente- Liam habla y una sonrisa aparece en su rostro.

-Como te sientes?- Logan pregunta.

Comienzo a sentarme lentamente en el sillón, y me siento ligeramente descepcionada porque el que me dio el beso no era la persona que esperaba.

-Como entraron?- salió de mi boca sin que lo hubiera planeado.

-Tu papá nos dejó entrar-

-Como los mafiosos que te rondan ultimamente no se separan de ti ni a sol ni a sombra, vimos una oportunidad para venir a verte sin que ellos nos echen de inmediato- Liam hizo una mueca.

-Los mafiosos que me rondan?- fruncí el ceño.

Aún estaba adormilada y mi cerebro no carburaba bien todavía.

-Si, ya sabes; Drake, Alex, Draco, Jake, incluso Ish y el profesor Chris- Logan rodó los ojos.

Una risa brotó de mis labios ante la idea que ellos tenían, si supieran que hasta los mafiosos les tendrían miedo si supieran quienes son realmente.

Ambos intercambiaron una mirada, luego voltearon a verme.

-De que te ríes?- preguntó Logan levantándo una ceja.

-De la idea que tienen de los chicos- si supieran la verdad alucinarían.

-Parecen tus guardaespaldas, no te dejan ni respirar, y encíma de eso, cada vez que me atrevo siquiera a mirarte por lo menos uno de ellos me fulmína con la mirada- Liam de prónto se puso serio.

No sabía como responder a eso, ellos son mis mejores amigos y detesto tener que mentirles.

-Bueno bueno, mejor cambiemos de tema porque yo no vine para hablar de ellos- Logan interrumpe el silencio que se había instalado, y le agradezco infinitamente por eso.

Estar con ellos en verdad me hacia falta, el escuchar los terribles chistes de Liam, y a Logan diciendole que dejara de hacerlo pasar vergüenzas me hacía reír hasta que mi estómago dolía.



Ahora los tres estabamos riendo a carcajadas porque Liam accidentalmente le escupió en el ojo a Logan mientras hablaba, y la cara de asco y pena que pusieron, sin duda era digna de una foto.

De la nada ambos se quedaron callados, y en sus caras habia pánico. Giré mi vista hacia donde ellos veían, y me encontré con la sorpresa de que estaban Dracó, Jake y Alex de pié en la sala, sin que pudiera evitarlo, una sonrísa aparecio en mi cara.

Dracó tenía una posición relajada, las manos en los bolsillos y el mentón arriba, con las piernas abiertas a la altura de sus hombros. Jake con una mano se sostenía la barbilla, mientras su otro brazo lo tenía doblado hacia su abdomen, y Alex estaba de brazos cruzados con el mentón arriba. A pesar de estar en posiciones relajadas,el tener los brazos cruzados hacía que se vieran aún más rudos, y su altura contribuía a que se vieran demasiado intimidantes.

Como si estuvieramos coordinados, avanzaron hacia mi esquivando la mesita que había en medio y unos cuantos sillones.

Me paré y fui a saludarlos, primero a Alex que me sujetó por la cintura mientras yo pasaba mis brazos por su cuello.
Luego abracé a Jake, pero esta vez el rodeó mis hombros con sus brazos, y yo pasé los mios por detrás de su espalda. Finalmente fui con Dracó, y él me sujetó la cara con ambas manos examinándo cada parte para asegurarse de que no tuviera ningún rasguño, para finalmente abrazarme y esconder su cara en el hueco de mi cuello.

 Las Lagrimas De Un Ángel, La Agonía De Un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora