Peléas y un alumno nuevo

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Una guerra. Una guerra estaba pasando frente mis narices, y yo estaba peleando también.
A mi lado habían varios rostros conocidos, entre ellos estaban Jake, Alex, el profesor Chris, Drake y Dracó. Aparte también había rostros que no conocía, pero todos estabamos en el mismo bando luchando contra dragónes, lobos gigantes negros, y podría jurar que también estaban los jinetes del apocalípsis montando sus bestías.
La sangre estaba presente en cualquier lugar que girára mi vista, y había cadáveres por doquier.

La escena cambia, ahora me veo a mi de cuclillas en el suelo, sosteniendo el cuerpo de alguien entre mis brazos. No distingo quien es, pero lloro su muerte, lo llamo una y otra vez, pero el no se mueve.
Un grito bróta de mi garganta cargado de puro dolor, y el lugar se prende en llamas.

Me despierto exhaltada y con la respiración a mil. Fue sólo un sueño.
Mi frente esta cubierta por sudor frío, mis manos tiemblan y siento el latir de mi corazón en mis oídos. El relój marca las 3:33 am, recuerdo que la última vez que tuve una pesadilla así, me atacáron en mi casa.
Decído volver a dormir, pero luché en valde. Doy vuelta trás vuelta en mi cama y sé, que no podré dormirme.

Cuándo por fin estoy logrando consiliar el sueño, una alarma hace que abra los ojos como platos. El aparato del demonio no deja de sonar, doy manotazos en toda la mesa en busca de encontrarlo, y cuándo por fin doy con el pienso severamente en arrojarlo contra la pared, esa ídea queda desechada porque tendría que comprar otro.
Por fin pulso el botón mágico, y el despertador se apaga.

Me arrastro cómo puedo fuera de la cama, hoy es Lunes y tengo clases, debó salir antes ya que estoy más lejos de la escuela.
Me meto en el baño y dejo caer el agua sobre mi, diez minutos después salgo con la toalla amarrada.

Veo por el rabillo del ojo una sombra sentada al filo de mi cama, y en ese instante la adrenalina se hace presente.

De un salto intentó llegar a una bara de metal que la hace de percheo, pero la sombra es más rápida y me detiene en solo dos pasos, me acorrala contra el armario y cubre mi boca.

-Shhhh, ya esta bonita, calma, soy yo- Drake acaricia mi mejilla con su mano.

Lo empujo con todas mis fuerzas y me llevo una mano al pecho: -Estás demente?! Casi me matas de un infarto!- me alegra mucho verlo, pero casi muero por su culpa.

Él baja su vista hacía mi cuerpo, y a pesar de la toalla que impide que vea más de lo debido, siento cómo si tuviera rayos x y pudiera traspasarla.
Un ligero rubor tiñe mis mejillas, así que para evitar que se note, le tiro una almohada en la cara.

-Y eso por que fue?!- pregúnta medio enojado y medio riendo.

-Que demonios tienen todos ustedes que siempre vienen cuándo acabo de salir de la ducha?!- no hace más de diez horas tuve una discución con Jake por lo mismo.

Su rostro cambia de inmediato, su semblante se vuelve más... sevéro.

-Quien más vino?- preguntó serio y su mandíbula ahora está tensa.

Ups, creó que hable de más.

-No importa- en un intento de cambiar de tema volví a recordar que iba a preguntar que estaba haciendo ahí -Que haces acá?-

-Quién estuvo aquí?- ignoró totalmente mi pregúnta -Jessica, quien más estuvo aquí?- me sujetó por mis hombros desnudos y clavó su vista hacía mi.

Me removí con incomodidad, y un poco de nervios.

-Jake vino anoche a ver cómo estaba- hablé intentándo no mirárlo a los ojos.

 Las Lagrimas De Un Ángel, La Agonía De Un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora