09 - Gemelas

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* Ya habían pasado 8 meses, muy pesados y alegres, y Sango estaba a punto de dar a luz a sus primeros hijos, sabian que seria mas de uno, ya que su vientre era muy grande, y tenia un gran apetito, aunque verdaderamente se le veia hermosa al convertirse en mamá por primera vez, Miroku casi no se separaba de ella, a no ser que tenga que ir a matar demonios junto a Inuyasha a otras aldeas, pero el resto del tiempo se dedicaba a su bella esposa, él habia sido el mas feliz de tener sus propios hijos*

Flashback

*Era aun de mañana y Sango estaba muy cansada, desde que su vientre empezó a crecer las noches eran cada vez peores, no podia descansar bien, y tenia unos antojos muy extraños*

Sango: Exelenciaaaa!!!!! .- esperando a que su esposo venga con su llamado.

Miroku: Dime Sanguitoo! Que ha pasado? Que necesitas? Los bebes estan bien? .- con cara de susto

Sango: Si estamos bien, pero necesito que me hagas masajes, siento mi cuerpo muy tenso.-mirando con cara de perrito a su esposo.

Miroku: ahhhhhhh! Esta bien Sanguito .- resignado a complacer a su esposa.

Inuyasha: Si sigues asi Miroku, ya no vas a tener tiempo para fijarte en otras aldeanas.- diciendo con tono de burla, entrando a la cabaña.

Miroku: Callate Inuyasha! Mas bien anda descansando que seras el niñero.- riéndose con Sango.

Inuyasha: Feh ! Yo de niñero? Dile eso a Shippou, esa rata debe servir para algo.- definitivamente no queria ser niñero.

Fin del Fashback

*El tiempo habia pasado verdaderamente rápido, ya había pasado mas de un año desde que Rin llego a vivir a la aldea, Sango estaba en sus ultimas semanas de embarazo, y todos estaban muy anciosos, sobretodo Rin, ya que queria pasar tiempo con los nuevos bebés.

En los últimos meses habia estado muy cerca a Sango, y se habian vuelto muy amigas, Rin habia parado por los últimos tres meses sus entrenamientos con la exterminadora, y en vez de eso paraban en su cabaña pensando en como serian sus bebés, como se llamarian, a quien se parecerian y hasta habían momentos en que se sinceraban entre ellas, despues de todo Sango era la única mujer joven a la que Rin le tenía confianza, ya que la señorita Kagome no se encontraba en esa época.

Una mañana estaban conversando acerca de como había cambiado todo desde la muerte de Naraku, cuando derrepente Sango sintio como un líquido corria entre sus piernas, la anciana Kaede les había explicado que cuando eso sucediera, era porque ya estaba lista para dar a luz a sus primeros hijos.

Rin fue corriendo hacia la anciana Kaede para decirle que Sango estaba lista, ella no dudo ni un segundo y le dijo a Rin que llevara toallas y agua caliente para que la ayudará a atender a su amiga. Rin dudo al inicio, nunca habia ayudado a traer niños al mundo, sentia nervios, pero se decidio cuando pensó en su amiga, y que debia ayudarla sobretodo en este momento.

Cuando llegó a la habitación la anciana Kaede ya se encontraba ahi, y Miroku estaba a lado de su esposa, sosteniendole la mano, Sango estaba sudando mucho y ya habia entrado en labor.*

Kaede: Sango tienes que respirar y ser fuerte, puja Sango !!!!

Sango: Ahhhhhhh!! .- ella pujaba lo mas que podía, habia experimentado muchos tipos de dolor, después de todo ella era una de las mejores exterminadoras, pero nunca sintió algo parecido a lo de ese momento, definitivamente nadie te prepara para ese sufrimiento al momento de ser madre.

Miroku: Sanguito tu puedes, yo estoy aqui contigo, siempre lo estaré.- y le dio un beso en la frente mientras su esposa lo miraba, pujaba y agarraba su mano con mas fuerza.

Sango: Su excelencia !!! Lo odioooo !! Es un mujeriego, ya estoy artaaaa !! .- era la única forma que habia encontrado para desahogar su dolor. El monje Miroku se quedo confundido por las rudas palabras de su esposa.

*Afuera de la cabaña Inuyasha y Shippou no podían evitar escuchar aquellos gritos.*

Inuyasha: Lo sabia !! Sango si puede ser rudaa !!! .- riéndose de las gritadas que le dio a su amigo.

Shippou: Miroku se lo mecere, por ser tan mujeriego !! Deberias agradecer que Sango siga a tu lado monje pervertido !!.- y se reía a carcajadas, nunca habian escuchado a Sango decir aquellas palabras con tanta furia.

Inuyasha: Eso te lo tienes bien merecido monje libidinoso!!

*Después de varios gritos, por fin se pudo escuchar el llanto de un bebé, todos estaban felices, y a los minutos se volvió a escuchar otro llanto, pero este era diferente y parecido a la vez.

Rin ayudó a limpiar a las recien nacidas para entregarselas a su madre y a su padre, eran dos niñas gemelas, de cabellos negros, eran muy hermosas, su madre les puso Ika y Eiko, eran verdaderamente bellas, nunca habian experimentado tanta felicidad.

Las niñas se quedaron dormidas al momento en que estuvieron en brazos de Sango, lo había hecho muy bien.

En ese instante Rin supo que todo estaría mucho mejor, podría distraer sus sentimientos de tristeza al pasar tiempo con las gemelas.

Las niñas crecían muy rápido, en unos meses aprendieron a caminar y a hablar, eran el dolor de cabeza de sus padres, había que mantenerlas vigiladas en todo momento, Shippou ayudaba mucho, era su niñero en ocasiones, aunque Inuyasha no se habia salvado de tal trágica tarea, también se habia encargado de cuidar a esos pequeños terremotos.

Cuando las gemelas tuvieron dos años, Sango volvió a quedar embarazada, todo era alegría para ellos, excepto para Rin, ya que aún extrañaba a su amo, él la visitaba solo en su cumpleaños, esta fecha se habia convertido en el día favorito para ella, que ya habia crecido mucho, tenia 11 años, y habia mejorado considerablemente en sus entrenamientos, todo iba mucho mejor.

Inuyasha aun seguia pendiente de aquel pozo por donde habia llegado Kagome, esperando su regreso, lo que no se imaginaba es que eso sería muy pronto.*

Rin y Sesshomaru: Todo estuvo escrito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora