Capitulo 19

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"Tú querida puta será la primera en morir." 

Justin:

Tenía ganas de destrozar su cabeza. Para ser exactos quería destrozar cualquier parte de su cuerpo que le doliera. Que le doliera y le mandara al jodido hospital. Le quería muerto. Fuera de mi camino y lejos de ella. No me importaba lo que pasara conmigo. Me daba igual un brazo, un órgano e incluso la vida. Pero iba a pagar por esto. No iba a luchar por él, no iba hacer una mierda que le proporcionara algo a esa rata. Iba a cargármelo sin ni siquiera mirarle. Iba a destruir todo su imperio en un momento.

Había hecho que me alejara de ella para siempre. Porque eso es lo que haría. No iba a acercarme mas. No debía. Era peligroso. Tony no era el único que me quería. ___ no me había mirado ni una vez al salir del coche y eso dolía. Dolía infinito. Y no la culpaba. Cada vez que había estado conmigo todo se había vuelto negro y lleno de mierda. Olvidarse de mí no la costaría. No sería ningún problema. En cambio para mi…

Deshice esos pensamientos en seguida. Ahora tenía que concentrarme. Tal vez acabaría en la cárcel por esto. Y eso era peor que morir. Pero iba hacerle sufrir.

Abrí la guantera del coche casi al segundo de haber aparcado delante del edificio. Harris controlaba gran parte de la producción de la cuidad. Pero no tenía miedo. Sabía lo que hacía. Agarré la pistola y la coloqué por dentro de mis pantalones, sujeta en la cintura, y la tapé con la camiseta. Listo. Salí del coche dando un fuerte portazo. Caminé en línea recta hasta la puerta. Un enorme gorila me vio y supo al instante quien era. Asintió con la cabeza y se alejó de la recepción. Yo me apoyé sobre la pared de al lado de las puertas aún sin entrar. No iba hacerlo. Ahora sólo tenía que esperar. Ya había hecho la llamada por el camino.

<<”Bieber, qué alegría hablar contigo.” Su tono burlón no hizo mas que aumentar mis ganas de partirle el cuello.

“Tenemos que hablar.” Dije cortante.

“Estoy en mi edificio. Pásate y hablaremos. Dile a uno de los guardias de la puerta que me avise.” Y la llamada se colgó.>>

Miré mi reloj. 2 am. Demasiado tarde para estar en una oficina. Saqué un cigarrillo del bolsillo interior de mi chaqueta y lo prendí. Exhalé el humo. Dios, esto era lo que necesitaba.

Las puertas se abrieron y me incorporé. Tony venía solo. Esto no era bueno. Justin, céntrate. Primero disparas, después preguntas. Así funciona.

“Vaya, vaya, mira a quien tenemos aquí. Mi nuevo juguetito.” Plasmó una sonrisa repugnante en su cara y se paró a dos metros de distancia.

“No soy tu puto juguete.” Escupí tirando el cigarrillo al suelo con fuerza.

“Oh, ya lo creo que sí.” Pasó sus manos por su pelo echándolo hacia atrás. Eso era pura gomina. “Tú y yo vamos a pasarlo muy bien, amigo.” Rió con esa voz grave. No era una risa divertida y mucho menos simpática.

En ese momento eché la mano izquierda hacia atrás y saqué la pipa apuntándole. Tony volvió a reírse y esta vez con mas ganas.

“¿De qué coño te ríes, cabrón?” Grité enfurecido. Esto iba acabar ahora.

“No pensarás de verdad que puedes matarme.” Su voz sonaba a rata. Rata arrogante.

“Eso es lo que voy hacer ahora mismo.” Cargué el arma y di un paso hacia delante, encarándole.

Una risa alta escapó de él. “Escúchame, niñato. Un solo paso mas y tus preciosos amigos acaban con el pie en el otro lado, ¿lo has entendido?” Amenazó. Sus ojos se clavaron en mi.

Esclavos de la noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora