Capitulo 14

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"Porque el amor no existe para toda la vida."

“Quiero una cita. De verdad. Tú y yo.”

Me quedé quieta. No podía respirar. ¿De verdad estaba pidiendo esto? Le miré a los ojos y vi como sonreía esperando mi reacción. Pero yo estaba en completo shock. Me estaba pidiendo una cita, es decir, él y yo. Como la otra vez... Eso me echó un poco atrás.

“Justin...”

“Prometo que no será en Tony's. Será algo mejor, lo prometo.”

Sonreí y dije aquel si que tanto estábamos deseando escuchar. Justin rió y besó mi mejilla sin parar de sonreír, cosa que me contagió de la misma manera. Después se separó de mi y agarró su chaqueta de cuero y abrió la puerta mientras yo seguía en mi misma posición, sin creerme todavía lo que acababa de ocurrir. Entrelazó mi mano con la suya y tiró de mi para poder salir por la puerta. Cerró detrás de nosotros.

“¿Que-qué haces?” Pregunté aturdida. Tenía que volver pronto a casa si no quería no volver a ver la luz del sol. Mi madre era bastante drástica a veces. Se encogió de hombros y fuimos caminando hasta su moto.

“Voy a llevarte. ¿No pensarías que te iba a dejar sola a estas horas?” Me miró por encima del hombro como si aquello que había dicho fuera obvio.

Me crucé de brazos cuando se montó en la moto. “Puedo cuidarme sola, Drew.”

Él levantó una ceja y comenzó a reírse, bien fuerte. “Por favor, no mas chistes...” Puso su pie en el pedal y con un rápido movimiento la moto arrancó. Me miró esperando a que montara tras de él pero yo aún no iba hacerlo. “Oh, Dios ___. No seas imposible ahora. Sube.”

“Sé cuidarme sola.” Repetí.

Rodó los ojos y se apoyó con una mano en el manillar mientras que con la otra tiraba de mi chaqueta hacia él. “Venga, sube que es tarde.”

“Admite que lo soy o no me voy a ninguna parte contigo, nene.” Lamí mis labios mientras veía como pensaba que decir a continuación. Sonrió de lado cuando lo supo.

“Tengo razón. Si supieras hacerlo no te habrías acercado nunca a mí.”

“Eso es porque no te tengo miedo.” Le encaré, dando un paso más cerca suyo para demostrárselo. Eso pareció alegrarle. Porque su sonrisa se ensanchó. La sonrisa que me ponía nerviosa y agarró mi cintura con fuerza. Me sacudió un fuerte escalofrío cuando sus dedos tocaron parte de mi piel que mi camiseta dejaba al descubierto.

“No tiembles, gatita, sólo soy yo. Y no me tienes ningún miedo...” Inclinó su cabeza para ir hacia mi cuello pero me aparté cuando noté su aliento contra él. Esta vez sonreí yo con ironía.

Me apoyé en sus hombros y subí a la moto bajo su mirada de confusión. “Y por esa razón, llevame a casa.” Me sujeté bien a su cintura a la vez que él giraba su cabeza hacia la carretera. Apretó el acelerador mientras su estómago temblaba producido por su risa.

Y con aquel sonido tan perfecto, nos machamos.

**

La moto paró al fin. Le pedí que me dejara una calle mas atrás. Imaginaba la cara de mi madre al verme llegar así y podía asegurar un paro cardíaco en ese instante. Se llevaría las manos a las caderas y empezaría a soltar cualquier cosa por la boca. Desde que estaba completamente loca hasta por qué pensaba suicidarme. Y después empezarían las preguntas sobre Justin. Y eso me daba aún mas miedo, porque no sabía que pensaría de él. Es decir, no es que me avergonzara de él, sólo que no era el típico chico al que presentas a tu madre y va vestido como para ir a la iglesia. Él era todo cuero, humo y adrenalina. Aquella adrenalina que necesitaba pero que mi madre pensaba que era peligrosa. Y en cierto modo Justin lo era. Era adrenalina en mi piel, en mis sentidos, en su mirada. Y yo simplemente era una adicta. Joder, te está calando hondo.

Esclavos de la noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora