Él es arte

Capítulo 4

Salí de mi casa luego de hacer un poco de tiempo, ya eran las 2 pero me hacía como media hora para llegar al aeropuerto, así que supuse era buena hora, tomé un taxi y le indique hacia donde quería ir. Pasaron uso minutos y note que ya estaba en el aeropuerto, pagué y bajé del taxi

Comencé a buscar a Chris por todos lados, pero no lo veía, hasta que logré verlo de espaldas, sabía que era él porque su cabello lo hacía muy reconocible

-¡Chris! – grité a sus espaldas

-¡Hey Lily!- habló y luego me abrazó

-Detesto esto, pero tú lo vales

-Gracias por venir – me sonrió

-¿Jonathan no ha venido?- *su hermano*

-No, él ha tenido compromisos

-Bueno pero aquí estoy yo

-Siento abandonarte- hizo un puchero

-No te preocupes, aunque para mí sea más fácil acostumbrarme a la compañía que a estar sola- me interrumpió

-No Lily, no digas eso, no estás sola - me sonrió con una de esas sonrisas que te hacen querer sacarle una fotografía y guardarla por lo bonita que era

Platicamos un rato y luego de eso se escuchó la típica voz de aeropuertos, la cual llamaba a los pasajeros del vuelo en el que Chris formaba parte

-Bueno Lily – suspiró – me tengo que ir

-Lo sé Christopher Vélez

-No me llames por mi nombre casi completo

-¿Por qué?

-No me gusta – rodeo los ojos

-Lo siento Christopher Bryant Vélez Muñoz

-No me arrepiento de irme – bromeo – te extrañaré Lily, en verdad

-Yo no – *bromee al igual que él*, le sonreí y le di un fuerte abrazo

-Adiós Lily – me sonrió para luego darse la media vuelta y caminar hacia aquella puerta donde tomaría su avión

-Hasta luego – susurré casi para mí. No me gustaba decir adiós porque me hacía sentir como si nunca nos volviéramos a ver, y si, quizá Chris ya se había ido, pero probablemente nos volveríamos a encontrar

Me fui a casa, y me puse a ver una película, entonces en medio de la película me vino a la mente el dibujo que había hecho, y se me vinieron muchas preguntas a la cabeza ¿cómo era posible que fuese tan perfecto si solo era un dibujo?, pausé la película y tomé el dibujo que estaba a un lado de mí

-Eres muy lindo – hablaba para mí, pero a la vez se lo decía al dibujo – Supongo que como eres muy guapo, si fueses real seguro que tendías muchas chicas detrás de ti

Me quedé mirándolo por un largo rato, y me puse a imaginar que pasaría si él fuese mi novio, como seguro todas lo mirarían por lo bello que es, y así fue como le comencé a crear cualidades: un chico amable, atento, cariñoso (pero no en exceso), tímido, sincero, honesto, con una sonrisa perfecta y coqueta, es guapo pero no lo presume porque no se da cuenta que lo es. Tomé otra hoja de papel y comencé a dibujarlo de nuevo pero esta vez lo dibujé sonriendo y con una bandana en su cabeza, sus rizos alborotados pero aun así no dejaban de ser perfectos, sus ojos pequeños pero con sus pestañas largas, su nariz, boca, orejas, finalicé mi dibujo y noté que me había quedado casi igual al primero, sólo que está vez tenía diferente ropa, y sonreía ¡demonios! Se veía más perfecto cuando sonreía, cerré mis ojos y me puse a divagar con ideas tontas, pero en todos mis pensamientos aparecía él, el chico de mis dibujos.

Entonces es aquí donde todo tiene un poco de sentido, me estaba enamorando de mi dibujo, yo sé que suena demasiado tonto, pero vamos, estaba demasiado guapo como para no enamorarme de él, se me ocurrió tontamente ponerle un nombre: Yashiel, y en ese entonces comenzó esta locura...

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