Conoces a Sirius desde que empezaste en Hogwarts, y ahora que estás en tu quinto año, te has dado cuenta de lo mucho que te perjudicó y de lo fácil que sería tu vida si el no existiera. Lamentablemente lo hizo.
Originalmente habías planeado hacer alguna revisión con Remus para los T.I.M.O.S, así que habías aparecido en la sala común de Gryffindor, sin embargo Remus había salido con planes de último minuto durante la noche y estaba encerrado en su habitación. Pero Sirius estaba más que dispuesto a hacerte compañía, incluso si no la querías.
Él puso su mejor esfuerzo para coquetear contigo y también trató de celarte con leonas que pasaban por ahí, que sabías que estaban locas por él.
Después de lo que sentiste como una vida de estar atrapado con Sirius en la sala común, que finalmente estaba completamente cansado de coquetear con usted. Te gustaba de algún modo, era difícil, él era demasiado encantador para su propio bien. Sin embargo, no ibas a admitirlo, él era demasiado idiota como para querer estar en una relación juntos.
Al levantarte de tu sitio en el sofá, volviste a ajustar las almohadas para que estuvieran limpias una vez más, como si nadie se hubiera quedado sentado allí, antes de disparar a Sirius la expresión cansada y ligeramente molesta que debe de conocer bien.
-Voy a tener que ir a tomar una ducha, para lavar la mugre de estar en la misma habitación que tú por más de diez minutos-.
-¿Necesitas ayuda?- Él sonrió burlonamente levantándose de su asiento también acercándose un poco a ti.
Tus ojos rodaron casi instantáneamente, lo cual era un hábito al que habías llegado cada vez que tenías que pasar tiempo con Sirius.
-Hagamos un trato Black. Puedes ayudarme a ducharme cuando Lily diga que sí a una cita con James-, declaraste sabiendo que era improbable que ocurriera.
Su expresión cayó instantáneamente en lo que le habías dicho.
Antes de que fuera capaz de pensar en una respuesta, el retrato detrás de ti se abrió para oír la voz de, nada menos que Potter sí mismo.
- ¡Canuto, Canuto! ¿Adivina qué?-, Gritó corriendo para estar al lado de los dos con la sonrisa más grande que había visto.
-¿Qué Cornamenta? Estoy un poco ocupado sosteniendo mi corazón destrozado aquí,-replicó Sirius.
-Lily dijo que sí. Le pregunt por una cita y me dijo que sí. El primer paso para que se convierta en Sra. Lily Potter,-prácticamente gritó.
Los ojos de Sirius se trabaron con los tuyos, ya que su sonrisa era casi idéntica a la de James mientras tu expresión caía por completo lamentando haber hablado alguna vez.
-¡Oh, mierda!
