Essenza (Jikook)《1》

º1º

- ¿qué tal este JiMinie? - preguntó EunHa, pestañeando varias veces mientras estiraba los labios a su dirección.

- en un color de piel más oscuro se vería mucho mejor, pero el mate grosella se te ve de maravilla. - comentó, desabotonando su bléiser para más comodidad sobre el sillón.

- ¡eso mismo le dije a EunBi! Pero no me hace caso, - protestó, guardando todas las muestras en el compartimento gris en forma de maletín - en fin, después hablaremos de eso ¿cómo va lo de la esencia?

- aún no he podido dar con eso, ya sabes, todos los olores son diferentes. - JiMin pasó la mano izquierda por su pelo, arrastrándolo​ hacia atrás - el sujeto de prueba se lanzó hacia BaekHyun, su aroma por alguna razón se intensificó. - EunHa reprimió una risa, quitando el labial de sus labios con un algodón.

- me parece que la mejor opción es la de siempre JiMin, cubrirlos con el olor de su alfa. - si, JiMin ya lo tenía más que aprendido, pero esa no era una opción. Los Alfas ya marcaban a sus Omegas desde tiempos inmemoriales, lo que él planea va más allá y definitivamente no se iba a conformar.

- sabes que no puedo hacer eso, el proyecto es para aquellos que no tienen un lazo.

- lo sé, quieres disminuir los casos de violación y abuso pero... - la chica calló sus palabras. JiMin estaba muy inmerso en ese proyecto y ella no era quién para decirle que las cosas no funcionarían, además de que es una muy buena​ causa y el dinero que dejara será atómico para la empresa - ¿sabes qué? mañana nos ponemos a trabajar en eso, hoy como verás tengo planes. - dijo mostrando su vestido rojo de encaje hasta la cintura, con escote corazón.

- si, al parecer yo también. - pronunció en tono cansado. Tenía que terminar su investigación y no tenía tiempo para fiestas, pero también quería revisar el avance de sus conejillos de indias.

- vamos Minnie, no te desanimes. - JiMin frunció el ceño hacia su hermana, quién con una risa maliciosa fue levantándose de su sitio.

- ya te dije que no me llames así. - diablos, a JiMin sí que le molestaba que le pusieran apodos tiernos cuando no da mérito de ellos. EunHa le sacó la lengua, yendo a la salida de su oficina.

- yo te llamo como se me dé la gana. - sentenció saliendo a toda prisa, antes de que JiMin se enojara más con ella.

- esta chica. - la parte del bolsillo interno de su bléiser vibró, junto con una melodía típica de un sonido bastante sobrio para una llamada. Era su amigo TaeHyung.

- hombre ¿ya estás listo? - JiMin dedujo que TaeHyung ya tenía unas cuantas copas encima, por el tono tan alto con el que hablaba a pesar de que la música era apacible.

- voy para allá. - colgó la llamada después de unos segundos. Tomó las llaves del coche y su billetera, saliendo de su oficina y posteriormente tomando el elevador hasta el estacionamiento.

Park JiMin venía de una familia glamurosa, de esas que el dinero lo tienen encajado, rebosando en cada bolsillo de sus prendas de marca excesivamente costosa. Era una empresa de cosméticos bastante reconocida por su excelente calidad y última tecnología en belleza química, sin dañar el pH de la piel. JiMin vivía entre mujeres, mujeres bien vestidas y de belleza exuberante, revestidas de su propia naturalidad, con clase y bien portadas. Su padre era dueño de la empresa, cumpliendo caprichos de aquí allá con la ayuda de sus dos hijas, quiénes estudiaron química cosmética para seguir con el legado familiar.

JiMin cansado del entorno atestado de feromonas con destellos brillantes y olor a rosas marchitas, se marchó al extranjero a estudiar finanzas, pero cuando su padre murió no le quedó más remedio que tomar su mando. Fue difícil al principio, pero con el tiempo y un poco de práctica, aprendió el lenguaje de su madre y hermanas, a tal punto de ser un experto en moda y maquillaje, y juzgar con un perfecto calibre la apariencia de cualquier mujer. Eso le hizo alguien exigente, muy rara vez se guía por el olor de un Omega, ahora veía su apariencia como extremo requisito para la alcurnia heredada de los Park.