Essenza (Jikook)《1》

º2º

Jeon JungKook, hijo de la familia Jeon, aquellos que poseen tierras por doquier en Seúl y sus alrededores, viene de un linaje perfecto de Alfas y Omegas de gran destreza, todos ellos están destinados a servir al negocio familiar, a excepción de él. JungKook era un escritor, un escritor de mangas de terror, era su propio ilustrador y le iba de maravilla, sólo cuando tenía esos extraños lapsus de rebeldía se permitía escribir sadomasoquismo en todas sus presentaciones. Últimamente escribía a detalle a los Betas en ese tipo de situaciones, ya que ellos eran su mejor público. Pero tenía un apartado que le encantaba, y que todavía no compartía con sus espectadores, porque sería más vergonzoso que cuando estaba en la escuela media y lo acusaron de masturbar al profesor de matemáticas. Aunque el profesor estaba bueno en todos sus ángulos, el pobre JungKook no haría tal cosa por una nota, claro que no, eso estaba fuera de su ética, pero aun así cree que lo que escribió estaba fuera de cualquier alcance.

Situaciones bochornosas en donde él es sometido, hasta ahí no hay nada de malo, a los Omegas como él les encantan ese tipo de cosas, lo malo es que siempre dibujaba esa misma cara junto con el mismo cuerpo. Tenía que ser Park JiMin, el hombre de sus más deliciosas pesadillas. Y por más que quisiera, a su mente siempre venia el mismo hombre. Se frustraba, quería arrancarse la cabeza. Porque, vamos, su mente da para más. Él fue que inventó historias que ahora son un mito, él fue quién espantó a las chicas para que en su vida volvieran a entrar al baño, o que los chicos no volvieran a cometer vandalismo. Él fue quién impulso las ventas en cada sex-shop del país, el incluso hizo que suspiraran por sus personajes tan enigmáticos, pero no podía hacer algo tan simple como crear un personaje, como siempre lo hace, de la nada. Bueno, también ayudaría si el personaje principal no se pareciera a él, pero tal parece que su subconsciente ya está programado.

Lo mejor del caso es que nadie sabe su identidad, siempre se mantuvo entre las sombras para, que cualquier parecido con la realidad sea pura coincidencia. Como la vez que publicó un pequeño cuento sobre un niño de escuela que se enamoró del mejor amigo de uno de sus amigos más cercanos, pero tranquilos ese no era JiMin, claro que no, ni fue él quien inspiro a SunYeol; personaje polémico por utilizar a sus sumisos como esclavos no solamente sexuales.

Para nada.

Claro que mentiría si dijera que Park no le tiene medio estúpido, por así decirlo. Cuando le pidió que le ayudara con su experimento fue la persona más feliz, aunque sabía que sólo se lo pedía como último recurso, porque Jin ya tiene pareja, y que él sepa, no conoce a otro Omega de confianza, pero a él le gusta pensar que JiMin lo hizo porque quería. Y no mentía, realmente le gustaba la causa, él más que nadie sabía esas mentes impuras que lo querían acorralado contra cualquier pared de un callejón sucio, o las miradas insinuantes que sólo le provocan asco y desesperación.

Él era un Omega bastante reservado, y no por su actitud o costumbres, era porque se está reservando a su mejor inspiración. Pero parecía no ser del agrado de Park JiMin, esté siempre lo trataba amablemente y cortaban su charla demasiado pronto, eso le hacía pensar que su olor no era suficiente o su belleza no es la mejor, hasta en un momento considero ser como una chica, arreglarse de más y preocuparse por cada detalle de su apariencia, pero cuando le pidió a EunHa que le hiciera ese gran favor, JiMin no se percató de su esfuerzo.

Y es que le gustaba todo de Park, le atraía cada día, sin excepción y sin remordimientos. Pero lo que ignoraba JungKook es que JiMin siempre estuvo pendiente de él, a cada momento, era un poco cruel como le catalogaba de "sujeto de prueba número uno" pero de hecho era una forma especial y tierna para ser un Alfa. No obstante, JungKook no lo creería si se lo dijeran, que Park JiMin le tiene tantas ganas que toma supresores que activan sus emociones sólo para pensar en él, mientras se masturbaba.