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Jamás ha experimentado una sensación de desconcierto tan arrolladora como una herida física. Estar encerrado en un calabozo subterráneo es más difícil de lo que se ve a simple vista, el olor, la incomodidad y la pesadez, sólo son unos pequeños factores que hacen de la angustia de JungKook una amiga dolorosa y punzante.

Su estómago revoloteaba y se removía con extraña potencia cuando empujaron por la parte inferior de la puerta, algo viscoso, con arroz y agua salada, hacía que la bilis descendiera por su esófago y se atascara en garganta. Se sentó en el otro extremo de la celda, con la pierna izquierda extendida y la derecha recogida (sosteniendo su codo) y sus ojos fijos en la extraña comida que se el ofrecía. Han pasado horas desde que fue empujado allí, las heridas en su cara palpitaban, la suicidad en sus manos le imposibilitaba retirar el sudor en su frente sin tener que infectar el corte horizontal en su cien, la repulsión de todo esto le mareaba como aquella obra de teatro a los diez años, el vacío era cien veces peor que en esos tiempos, y como aquello, se lamentaba de las decisiones que había tomado.

Desea que su naturaleza terca no dominara la mayoría del tiempo, si no fuera por ello, estaría junto a JiMin, sin ninguna preocupación de nada. Ahora sabe que empeoró las cosas, que JiMin está enojado con él, que debió quedarse en un sitio seguro. Probablemente su rapto no fue completamente el núcleo del plan de KwanJung, pero algo le decía que estaba destinado a ser de esa manera, se sentía como si la jaula fuera para él. Un estremecimiento le recorrió la espalda, KwanJung lo necesitaba a él ¿no es así? De alguna manera ese es su plan para atraer a JiMin ¿Qué más podría ser? No es demasiado útil en ningún caso de información y si estaba en busca de debilidades hacia JiMin, no hay duda que él es la más importante además de la manada, pero Kwan no quería a llegar a la manada, quería atraer a la manada, debilitar a su Alfa y acabar con los últimos cambia formas del país ¿es incluso más sencillo que eso? Shadow Guard estaba esperando a que JiMin sentara cabeza para poder ser más eficiente en su trabajo, Kwan estaba esperando lo mismo mientras la manada se dejaba al descubierto por su estupidez. Un gemido lastimero salió de su garganta y recostó su cabeza en la pared.

De repente la puerta de concreto se abrió para él, se adentraron hombres completamente desconocidos, pateando la bandeja de comida de hace una hora y con brusquedad, levantándolo del suelo por la parte interna de su hombro. Lo arrastraron hasta fuera, dejando que caminara para subir las escaleras, sin soltar sus hombros y reteniendo sus manos detrás de su espalda, advirtiéndole que si pronunciaba una sola palabra su hermoso rostro sufriría el impacto de su bestialidad. En tanto subían hasta el primer piso y después hasta los siguientes del gran edificio, JungKook podía oler y escuchar lo que pasaba afuera de este. Olía como en Shadow Guard, tal vez un olor más concentrado de putrefacción, pero olía a lobo, a madera y tierra, escuchaba susurros entrecortados de sus captores y gritos amortiguados por las paredes, gritos de mandato, gritos de indudable locura en la planta más alta y JungKook ya lo había escuchado con anticipación. En las entrevistas de televisión y grabaciones en la oficina de JiMin cuando salían de allí con sus amigos a un bar. Era la voz de un dictador, de un psicópata. Hedía a ese infeliz estúpido.

En el momento en el cual lo empujaron a la habitación del fondo y lo hicieron arrodillarse. JungKook sabía que algo malo le iba a pasar, no era un presentimiento, era una certeza. El hombre era de estatura promedio, con destellos canosos en su pelo azabache, arrugas en las orillas de sus ojos, ojos tremendamente impregnados de un brillo insólito, podría ser cualquier cosa, satisfacción, expectación, cualquier mierda que este pasado por su mente al verle allí. Para JungKook, él era un completo extraño, sin embargo, sabía que KwanJung no estaba de acuerdo con esa posición, ese hombre lo conocía, lo observaba desde lejos, realmente lo estaba haciendo. JungKook recordaba la primera vez que vio en una librería un manga de su propia autoría en la vitrina, se detuvo para admirar la portada por un momento, el primer tomo de Dark In Blood salió a la luz después de un año de insistencia a la editorial, sólo tenía dieciocho años en ese entonces. Entró a la librería, con la intención ojear su propia creación, encontrándose con una exposición completa de ella y un cartel publicitario a su lado, en ningún momento expresando quien es el autor de este, si eso llegaba a pasar, su madre se volvería loca y a su padre le darían un shock emocional, mucho peor que cuando su hermano se independizó de la herencia familiar. Miraba fijamente como todo su esfuerzo era gratamente recompensado, y un hombre parecido a una sombra de mal agüero se encontraba en una firma de libros. JungKook recordaba el nombre de ese libro. "los cambia formas: un doloroso legado destructivo" en ese momento no fue mayor cosa, ahora, ahora el hombre estaba instruyendo a los reprimidos como matar su propia raza.

Essenza (Jikook)《1》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora