Capítulo 8

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-¡No! ¡Lo estás haciendo mal!

Me encontraba en la habitación de Malus, y me encontraba (debo admitir) asustado. Estar en su casa me daba un poco de terror, por lo que él fuese capaz de hacerme a mí.

La habitación de Malus era simple. Una cama, y encima un estante con pocos trofeos. Dos de baloncesto (en segundo lugar) y uno de boxeo (en primer lugar). A la derecha de la cama había un escritorio grande, en el cual no había nada (seguramente porque nunca lo usaba porque nunca hacía la tarea). En la otra pared había algunos pósters de deportistas, y algunos otros de chicas en bikins. Cuando llegué, el simplemente se lanzó a su cama y me preguntó apuntando con la cabeza a esos pósters:

-Lindas ¿no?

No contesté, me daba... eh... me incomodaba la pregunta.

-Vamos, no seas nenaza.

-Bien, tenemos que hacer el trabajo si queremos aprobar el semestre- pregunté evitando su opinión sobre mi incomodidad respecto a los pósters.

-Sí, sí, sí. El trabajo... verás, tú lo harás mientras yo lanzo este balón al aire.

Ese comentario me ofendió, así que simplemente agarré el material que traje (tubos de ensayo, la libreta, etc.) y salí de su habitación al pasillo, donde en algunas partes, a las paredes se les caía la pintura azul que tenían.

-Hey, nenaza, ¿a dónde vas?- preguntó Malus levantándose de la cama.

-Si sólo lo haré yo, no entiendo el punto de venir a tu casa.- dije tranquilamente, deseando que me dejara ir. Realmente me incomodaba estar estar ahí. Y más por su padre. Un hombre alto y con barriga de cerveza. Llevaba una camisa blanca sin tirantes (bueno, "blanca" porque casi se veía gris), unos jeans sucios de comida. Su cabello estaba largo y revuelto. También se veía la sombra de su barba, y tenía un bigote. Cuando entré a la casa, su padre estaba sentado en un sillón gritando a la televisión por un partido de baloncesto, con una cerveza en la mano.

-¡Son unos completos idiotas!

-Carrington... este es mi padre- dijo Malus presentándonos y su padre volteó a verme.

-¿Así que es tu novio? ¡Jajajajaja!- lanzó una carcajada al aire -No creí que traerías "amigos"

-Papá...

-Bien, está bien. Los dejaré solos en su habitación. Sólo no hagan mucho ruido- comentó esbozando una sonrisa burlona y volviendo al partido.

-Nenaza- dijo Malus en el pasillo de su casa- está bien, trabajaré.

Esbozé una sonrisa. Al menos tendría un poco (pero muy poco) de ayuda.

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-¡Así no es!- volví a gritar.

Malus estaba mezclando elementos que no se debían mezclar, y que si lo hacía, sucedería una reacción química.

El proyecto consistía en observar. Teníamos que mezclar una clase de químicos y observar su reacción. Color, temperatura, olor, etc.

-Entonces este va aquí...

Malus, mezcló uno de los elementos, haciendo que estos cambiaran al color rojo.

-¡Esto es divertido!- gritó emocionado. A lo cual miré sorprendido y confundido. ¿Malus divirtiéndose con la química? Él descubrió que lo miraba, y de pronto puso cara seria.

Yo agarré mi libreta y anoté:

Color: Rojo.

Temperatura: 40°C.

La Espada de Oro (Los Elegidos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora