-¡Chincha rabiña, yo tengo una piña con muchos piñones, y tú no los comes! , canturreaba mi hijo entre risas escapándose de ella, enarbolando en alto una piruleta tras la que mi mujer corría cómicamente como si quisiera quitársela. Ella atrapó a Aden, quien se metió apresuradamente el dulce en la boca mientras mi esposa lo levantaba en volandas y lo dejaba colgado de su hombro.
Yo estaba recostada en una hamaca en el jardín. Había dejado el libro que estaba leyendo sobre mi regazo y seguía el juego de ambos con una sonrisa pintada en mis labios.
-Vamos Aden. Dale un besito a mamá y vámonos ya a la casa de los abuelos -dijo ella.
-Muuuaaaccc - mi niño me plantó un pegajoso beso de fresa mientras echaba sus bracitos a mi cuello-. Adiós mamá.
-Adios cariño. Pórtate bien con los abuelos y hazles caso cuando vayáis a la playa -le dije estrujándole yo a mi vez. El se dejó hacer con una sonrisa en los labios.
-Adiós, amor -ahora fue el turno de mi mujer. Depositó un suave y tierno beso en mis labios e inmediatamente un intenso calor afloró a mi cuerpo. Ella tenía ese poder sobre mi. Y lo sabía. Y sus intensos ojos verdes me miraron sonriéndome.
Conocí a Niylah en mi primera exposición. Rezumaba vida. Se coló en mi día a día llenándolo todo y yo me dejé deslumbrar por el brillo del verde de su mirada. Niylah era de esas personas que te hacen sentir el centro del mundo. Todo. Hasta que me di cuenta de que yo no quería ser el centro del mundo, sino parte de su mundo.
Fue sencillo, claro y rápido. Me enamoré de ella antes de darme cuenta y sin apenas reflexión, ya me había mudado a su casa.
-¿Pero cuántas cosas has traído, amor? Al fin y al cabo, has conservado tu loft y vas a ir todos los días... ¿De verdad necesitas tantas cosas? -resopló.
-¿De verdad te vas a poner cascarrabias? -dije dejando un beso en la punta de su nariz-. Claro que voy a ir al loft a menudo, al fin y al cabo allí está también mi estudio, pero si voy a vivir aquí, quiero tener mis cosas conmigo
-Pero es que este apartamento no da para más -siguió refunfuñando.
-Podías haberte trasladado tú a mi casa -apunté.
-Pero aquello es un caos...no se cómo puedes vivir en un sitio sin paredes, que además de como vivienda utilizas como estudio.
-Pues porque es cómodo y espacioso -repliqué-. Y deja de quejarte -añadí- que parece que no quieres que venga a vivir contigo...
Su respuesta fue dejarse caer en el sofá mientras tiraba de mi mano y me arrastraba en su caída. Quedé encima de ella y sus delicados brazos rodearon mi cuerpo acercándolo al suyo.
-Sabes que me muero por tenerte entera para mí -casi susurró en mi oído; el vello de mis brazos se erizó -. Sabes que me muero por saborear tu cuerpo cada noche -murmuró mientras con sus dientes enganchaba el lóbulo de mi oreja; un escalofrío recorrió mi piel-. Sabes que no voy a tener vida suficiente para hacerte todas las cosas que me apetece probar contigo -jadeó mientras saboreaba mi cuello con la punta de su lengua. Una punzada de deseo atravesó mis vísceras.
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EL ALFABETO DE NUESTRO AMOR (COMPLETA)
FanfictionA través de las diferentes letras del abecedario recorreremos distintas historias de amor o desamor, según el caso. Cada letra será un pequeño relato independiente. (CLEXA- ELYCIA) Le debo la genial portada a GabaSantos, a la que estoy infinitame...