Que acabe ya

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Ya sabes que tengo que cuidarte,

no pretendas que desaparezca. -

- Pero...me haces daño...-

- Pero lo hago para que seas más fuerte. Y también porque te lo mereces, te lo mereces tenlo claro. Mira a esa chica, la tienes llorando en casa por tu culpa, si hubieses podido dejar de tentarla. Pero no, tú necesitas emociones fuertes, ¿no? Eres tonto chico, eres muy tonto. Le haces eso a todo el mundo, así ¿cómo quieres que alguien se acerque a ti? Vas chupándole la vida a la gente, les contagias un poco de tu mierda porque se te desborda, se la sellas ya sea con un beso o algo que no vayan a olvidar y apañado, el daño ya está hecho; porque solo haces eso, daño. -

- Eso no es cierto...cállate...-

- Claro que lo es, está no es la primera vez que te pasa. ¿Y la otra chica, por qué crees que ni te habla? ¿No ves que eres tóxico? No puedes acercarte a nadie, eres un puto engendro por dentro. Por fuera no lo ven, porque no tienen los ojos que tú si tienes, pero si te pudiesen ver por dentro se ahorrarían mucho daño. Estoy seguro de que esa chica está mucho más feliz ahora que ni te ve ni te habla, y menos mal que no le llegó la felicitación que le mandaste por su cumpleaños, que todavía se lo arruinas. -

- Cállate ya por favor no aguanto más -

- No, eres una mierda humana, un deshecho, ojalá desaparecieses y así todos descansasen. Lo que no entiendo es cómo no te has suicidado ya; ah sí, que lo has intentado pero eres tan tonto que ni puedes, o tan cobarde que ni te atreves a hacerlo bien. ¡Gallina! ¡Hazlo si tienes huevos, hazlo! Por lo menos así harás algo bueno y dejarás a los demás en paz, eso, paz... -

- ¡CÁLLATE!

¡CÁLLATE!

¡CÁLLATE!

¡CÁLLATE! -

Entre esos gritos de pánico, él intentaba aclarar cuales de esas voces tenía razón y cual no. Y por tanto siempre habría una posibilidad de que todo lo que decía esa voz fuera cierto, porque podía serlo perfectamente.

Y ahí se ha quedado él, encogido bajo la mesilla donde debería estar haciendo deberes; con la cabeza entre las rodillas y balanceándose como un niño en un columpio, pero sobre todo rezando:

- Que acabe ya... Que acabe ya... -


Ensayos y Errores 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora