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Sé que te tengo abandonado, "diario"; no porque yo quiera, sino porque no dejaste de ser privado hace tiempo. 

Volvamos a empezar, ¿quieres? 





































Hay efectos inimitables. Como el que produce una cinta de radio casete como las de 13 Reasons Why o Submarine; como una rosa y sus espinas, como el sonido de las olas contra el mar en un día tranquilo. 

No sabes cuánto te echo de menos, no te haces a la idea de cuánto me duele no hablarte, de tener casi que recordarte como si hubieras muerto, y es que, de alguna forma, así es. 

Así es...así son las cosas; así son las playas grises en verano y la brisa que abrasa la cara cuando necesitas aire. Nunca tuve de eso, aire; poder respirar con el corazón afuera, sin tener que esconder nada ni pensar en cómo debía actuar; y ahora controlarlo todo se ha vuelto un acto reflejo. 

El tiempo no lo cura todo, pero conviene repetírselo a uno mismo; como conviene también pensar: "Estoy seguro de que ella acabará leyendo esto" o bueno, simplemente "alguien acabará leyendo esto"; porque por lo menos en la primera ya he perdido toda la esperanza. Porque se te da muy mal tomar decisiones, pero ahora me temo que no eres tú quien las toma en tu vida. Sí, te acuso. 

Ven aquí y rómpeme la cara a ostias, saca toda tu rabia conmigo, deja salir toda la mierda que tengas dentro pero por favor, dime algo, porque no soporto estar solo. No lo soporto, por favor, lee esto. 



Ensayos y Errores 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora