En tu jardín había rosas, claveles, lirios y margaritas;
y crecía una con cada recuerdo,
flores que mueren tristes y calladitas
cuando el olvido pudre su existir incierto.
Y cuando moriste, en tu tumba florecieron los lirios.
Había miles, millones y brotaban con alegría.
Regados por las lágrimas del pueblo, ahogadas en mis delirios,
pues no quería entristecer tus flores y sonreía.
Cuando ya estuvo tu jardín podrido,
y mi tumba se abrazaba a la tuya;
cuando las flores murieron en el olvido,
mi flor cantaba nuestra canción eterna
y nos besamos en el aleluya.
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Ensayos y Errores 2
AcakNueva vida, mismas reglas, mismo título; diferentes lecciones. Todo ha cambiado mucho, y lo agradezco; por eso ahora quiero curiosear y aprender de todo. Os contaré lo que encuentre por ahí.