¿Realmente fue un error?

Pasado: Aomine

Espero les guste

Había pasado unas cuatro semanas desde la última vez que vio a Ryō.

El castaño no dejaba de aparecer en sueños, siempre era el mismo sueño o más bien recuerdo; esa mirada triste y desilusionada que por un instante se reflejó en el rostro de Ryō, para luego esa mirada retadora que lo obligó a constatar que sí ingirió el medicamento, y verlo marchar como si nada... Algo que sabía que no era cierto, Ryō había llorado, el recepcionista y la de la limpieza se lo habían confirmado. Para el colmo no había podido recuperar su teléfono y no recordaba el de Ryō.

Se sentía mal consigo mismo. Ryō era su mejor amigo... un doncel y se acostaron.

Paso la noche más increíble de su vida sexual pero había algo que lo tenía inseguro ¿Cómo pudo acostarse con Ryō si nunca se había acostado con otro doncel? Nunca había deseado alguno y jamás había tenido una erección con un doncel... Pero con Ryō la tuvo y disfrutó esa noche que no podían olvidar, y que ahora lo atormentaba.

—Aomine-san— dijo una pelinegra.

—¿Qué pasa Megumi?— ella era un asistente del comandante de la academia; cuerpo y pechos perfectos, como a él le gustan.

—Hoy iremos a un karaoke ¿Quiere venir?— preguntó en un tono coqueto.

—... ¿Qué te parece sino desviamos a algún otro lado?— propuso en un tono seductor. Tal vez eso le ayudaría a olvidarse de Ryō.

—Claro— sonrió triunfante.

Llegaron a un hotel y comenzaron a tener relaciones, pero había un problema. A quién miraba Daiki no era a Megumi, era Ryō.

—Debo estar mal— pensó cuando vio a la pelinegra dormida a su lado —Joder— No podía seguir así.

Las siguientes 4 semanas fue lo mismo, trataba de olvidar a Ryō con Megumi, trataba de sonreír a ella pero sólo lo veía a él. Y fue cuando pasó: gimió el nombre del castaño al llegar al orgasmo.

—¿Quién es Ryō?— preguntó. No eran novios ni nada, sólo tenían sexo casual pero se divertía con el peli azul.

Se congeló en el lugar que estaba en la cama —...

—Dime. Mi orgullo está herido por lo que acaba de pasar— dijo colocándose a boca abajo.

Soltó un suspiro frustrado, y más o menos le relato lo que había pasado con Ryō, y sus sueños húmedos.