Despertar

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Bip... Bip... Bip... ­

Lentamente abrió los ojos; parpadeo varias veces para acostumbrarse a la claridad. El aroma invadió sus fosas nasales al igual que los recuerdo –Mis hijos.

Intentó moverse pero no pudo; el dolor en todo el cuerpo se lo impidió –Maldición.

—¡Daiki-san!— había escuchado el "maldición" y despertó —¿Cómo se siente?

—Ryō— murmuro al verlo. Ryō estaba pálido, con ojeras y con signos de haber estado llorando.

—Déjeme hablarle a las enfermeras— dijo mientras apretaba el botón que le habían dicho –Gracias a dios despierta. Nos tenía preocupados.

—Ryō... mis hijos.

—Están estables. Ha Ryōdai tuvieron que saturarle la cabeza, tenía abierto el cuero cabelludo – al ver la cara del moreno agregó –Está bien. Sedaron a Ryōki y le colocaron una férula, al parecer cuando el coche fue golpeado se fisuro el brazo y el haber estado esposado lo lastimo más... pero están bien... ambos lo están— Miró a Daiki y sollozó —Gracias. Gracias por salvarlos— dijo abrazándolo.

—No llores. Te lo prometí— dijo frotándole la espalda —¿Qué fue lo que paso con Mimi?

—Ya fue procesada por secuestro, dos intentos de homicidio y un homicidio en primer grado.

—¿Eh? ¿Quién murió? ¿dos?

—Wakamatsu...Lo trajeron muy grave pero no llegó ni al quirófano, murió en cuanto ingreso a urgencias... y Ebisu-san está muy delicada por el disparo que recibió.

—Ya veo... ¿Y qué paso conmigo? ¿Cuánto ha pasado?

—4 días... sobre eso ... bueno ...

—Al fin despiertas, Daiki— entró Shin seguido de Shintarō.

— Shin-san... Midorima— se sorprendió al verlo a ambos.

—Sakurai, será mejor que salga— indico Shintarō.

—Sí...— miro al peli azul y luego salió de la habitación. Tomo su teléfono y les aviso a los Aomine.

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—Nos vemos otra vez en esta situación, eh— comento shin chequeando los signo vitales.

—Sí viejo— dijo acomodándose pero el dolor lo invadió.

—Yo que tú no me movería— Shintarō se acomodó los lentes.

—¿Qué tengo esta vez?— pues sentía todo entumido y el dolor en las costillas era insoportable.

—Dos costillas rotas y dos fracturadas— comenzó a explicar Shin –extrajimos exitosamente las balas, una cerca de la paleta por lo que no podrás levantar mucho el brazo y la otra se alojó en las cotillas rotas, no hubo mucho daño interno pero si una tuviste una fuerte hemorragia. Los golpes fueron tratados pero hubo uno más complicando...— shin miro a su hijo.

—Los golpes que recibiste en la ingle fueron muy fuertes...— Shintarō se acomodó los lentes.

Abrió los ojos; rápidamente levanto la sabana y lo vio.

—Esta anestesiado. Por ahora es lo mejor— agregó al ver la cara pálida de su amigo.

—yo... ya no...

—No lo sabemos. Los golpes fueron certeros en cierta parte y... tuve que operarte.

—¿Qué hiciste qué?— grito histérico. Shintarō lo había visto venir.

—Operarte. Era lo mejor... En unas semanas sabremos los resultados— explicó incomodo por la mirada azul.

—¿Por qué tengo que volver a pasar por esto?— unas lágrimas surcaron sus mejillas.

—Lo siento. De no haberlo hecho de plano no funcionaría— respondió desviando la mirada –Te mantendré anestesiado mientras se deshincha y vuelve a su tono normal... Por ahora es lo mejor.

—Entiendo...— dijo deprimido.

—Vamos, anímate. Está bien, y tus hijos también— shin trato de animarlo.

—¿Qué tal están ellos?— pregunto ante la mención de sus hijos.

—Ya mejor. Fueron dados de alta ayer pero...

—¿Pero?

—En estos casos quedan secuelas... Al parecer ambos tiene pesadillas y Ryōki se la ha pasado llorando desde que despertó. Ya comenzaron sus terapias con la psicóloga.

—Dios...

—Con amor y el apoyo de ambos, saldrán adelante.

—De seguro me odian...— murmuró al recordar la mirada de dolor de sus hijos.

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Vio a los Aomine llegar, los saludó y se retiró. Tenía que ver a sus hijos.

—Ya llegue— anuncio al entrar a la casa.

—Papá— dijeron los gemelos al verlo y le sonrieron.

—¿Se portaron bien?— pregunto besándoles la frente.

—Sí, jugamos con Tora-kun toda la tarde— dijo sonriendo Ryōdai.

—¿Es verdad, Tora-kun?— pregunto a un niño pelirrojo de hermosos ojos azules.

—Sí, Sakurai-san— dijo de forma inexpresiva.

—Claro que se comportaron— un peli celeste apareció en la sala.

—Tetsuya-san— murmuró asustado.

—Lo siento— se disculpó —¿Algún avance?

—Ya despertó—dijo y los gemelos se quedaron quietos –Esta mejor. Pregunto por ustedes.

—...— Ryōdai no dijo nada, pero Ryōki sí —¿Y? Yo no quiero saber nada.

—Ryōki... Es su padre— dijo aquel tema era intocable en esos últimos días.

—¡No es nada!— gritó y salió corriendo hacía su habitación.

—Ryōdai...— esperó a que su hijo mayor dijera algo positivo.

—Voy con Ryōki...— siguió a su hermano menor.

Ryō miro a sus hijos y comenzó a llorar –Por eso no quería que supieran la verdad.

—Tarde o temprano la sabrían— aseguró Tetsuya mientras le tocaba el brazo.

————


—Ryōki...— su hermano estaba envuelto con las sabanas; tomo una esquina y se coló debajo de ellas. Luego sintió que su hermano lo abrazó –No llores.

—Lo odio...— se acomodó mejor para no lastimar su brazo.

—Yo también... pero también lo quiero— dijo llorando.

—Él no nos quiere. Nunca lo ha hecho.

—Yo...

—Ya no quiero estar aquí... Quiero ir a casa.

:yex

¿Realmente fue un error?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora