Kiseki no Sedai

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Se dirigió nuevamente a la sala y vio a sus dos hijos arrodillados, en los sillones, mientras apoyaban sus brazos en el respaldo para poder verlo llegar. Sus amores estaban ansiosos y nerviosos, y mentiría si dijera que él no lo estaba ¿Cómo no estarlo? Si Aomine Daiki iría por ellos para ir a la cancha de básquet. Trató de decirle que él los llevaría, pero Aomine se negó. Y bueno... Ahora estaban esperando a que el moreno llegue por ellos.

Habían pasado apenas 8 días desde que se volvió a encontrar con Aomine, y hasta ahora estaba cumpliendo con las promesas a sus bebés.

—¿Vendrá?— cuestionó Ryōdai.

—Por supuesto.

—¿Y, sí, su esposa no lo deja venir?— murmuró el mayor.

—Lo hará... Papá vendrá.

Sintió su corazón desfallecer al escuchar como Ryōki llamo Aomine, pues lo llamaban "Aomine-san" cada vez que estaban con él y se comportaban algo "fríos".

—No tardará— aseguró mientras dejaba su maleta junto a la de sus hijos.

—¿Esta seguro?— preguntaron al unísono.

—Bueno... Eso dijo ayer— comentó sentándose con ellos.

—¿Papá aún quiere a Aomine-san?— preguntó Ryōdai.

—Aun lo quiero. Es su padre— respondió con una pequeña sonrisa. Aún seguía amándolo pero tenía que olvidarse de ese sentimiento, por su bien tenía que hacerlo —Además, si quieren llamarlo papá no se contengan, después de todo lo es su padre y tienen derecho de llamarlo así. Aomine-san estará muy feliz de que lo hagan.

Los gemelos sonrieron al ver que su papá no se molestaba —Aún no es tiempo— aseguró Ryōki.

—No vayan hacer alguna locura— dijo de inmediato.

—Claro que no papá— respondieron al unísono mientras sonreía ampliamente.

—Además... Hoy va a estar la esposa de su padre, compórtense bien. Sean amables con ella— dijo algo dolido.

Ambos se percataron del dolor de su papá. No dejarían que su padre sufriera.

El sonido del portón abriéndose los alertó y vieron entrar el auto de su padre.

—Fue mala idea darle un mando— aseguró Ryō.

—No se lo diste, papá. Aomine-san hurto— dijo Ryōki.

Ryō sonrió. Sus hijos tenían toda la razón. Aomine lo había tomado sin su consentimiento cuando noto que había 4 réplicas.

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Daiki llegó tarde 20 minutos. Se sentía vigilado desde que salió de la casa de sus padres. Dio muchas vueltas e hizo varias paradas hasta que se sintió seguro. Recorrió una avenida poco transitada y luego por atajos hasta llegar a la casa de Ryō. Sabía que tenía que decirle, pero sentía miedo de que se los llevara de regreso a París.

Tocó la puerta y uno de sus hijos abrió —Hola.

—Llega tarde, Aomine-san— dijo con el ceño fruncido.

—¿Ryōki?

—Ryōdai...— Se sentía mal de que su padre no lo reconociera pero no podía hacer nada. Apenas 8 días atrás se habían conocido.

—Lo siento. Tengo que encontrar una manera de diferenciarlos... Siento llegar tarde ¿Listos?

—Ryōki fue al baño y papá está atendiendo una llamada... — agregó con una sonrisa maliciosa —Es Vicent. Pasé.

¿Realmente fue un error?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora