capitulo 27

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Diana bajo su espada, y sintió demasiada ligereza en la cabeza. Miró alarmada a su hermana y ella le hizo un gesto de confirmación con la cabeza. Eso le bastó para mirar alrededor y darse cuenta de que habían sido descubiertas.

-¡Corred!- ordenó Diana a sus acompañantes. Dicho y hecho, Sophie y Sybil se dirigieron a las escaleras lo más deprisa que pudieron, pero estas estaban ya protegidas por un hombre corpulento y alto y una hada oscura, bastante resentida con ambas hermanas.

-Vosotras no vais a ninguna parte.- dijo el hada, con ese forma de hablar en susurros que las caracterizaba.

Diana trató de buscar otra salida, pero estaban rodeados.

-¡Agg! ¡Demonios! ¿Y ahora qué hacemos?- dijo Diana a Sophie. Sophie apretó los dientes, no había ni una salida y los superaban en número. Realmente estaban acorralados, si solo hubiese una distracción, una mínima distracción...

-¿Hola? ¿Ahí alguien aquí?- todos los que estaban en aquel bar miraron hacia las escaleras, que es de donde venía aquella voz.

-¡Ahora!- Gritó Sophie y Diana empezó a atacar a todo aquel que se encontrase a su paso. Visto, esto, los clientes de aquel bar intentaban defenderse de las hermanas, ya que estás intentaban escapar y no lo permitirían. Dos cabezas asomaron por la escalera, dos cabezas que Diana reconoció.

-¡Eileen! ¡Natsuki! ¡Huid!- las trato de advertir Diana. Pero viendo que aquellas dos eran importantes para las hermanas, la hada oscura que vigilaba la escalera las atrapó en una celda hecha de sombras que flotaba. Diana y Sophie pararon de atacar al ver que sus amigas estaban atrapadas.

-¿Que queréis de nosotras?- pregunto Sophie, para ver si podía llegar a algún acuerdo.

-Que os pudrais en la cárcel, tal y como hemos hecho muchos de aquí.- espeto la hada.

Diana y Sophie se miraron, Sybil miraba preocupado a Natsuki, y Natsuki y Eileen trataban de averiguar un modo de escaparse.

El ex-militar, que se había mantenido al margen de todo aquello, hablo.

-Dejalas ir, Menia, están conmigo- le dijo tranquilamente al hada oscura.

Menia resignada, bajo a ambas bestias y el resto dejo en paz a las hermanas y a Sybil.

-Esto no se acaba, nos volveremos a encontrar- después de pronunciar aquellas palabras, Menia desapareció entre las sombras.

Sybil se dirigió a donde habían caído Natsuki y Eileen.

-Natsuki, Natsuki, ¿Estas bien?- preguntó suavemente.

Natsuki asintió.

-Sí, estoy bien.- Sybil la abrazo aliviado de que no le hubiese pasado nada. Diana y Sophie, en cambio, se preparaban para regañarlas.

-¿Os dais cuenta del peligro en el que habéis estado?- empezó Sophie.

-Deberiais haberos quedado en la posada.- dijo Diana.

-Si por posada os referís a ese cuchitril.- comento Natsuki ya liberada del abrazo de Sybil.

-Por todos los Ángeles, Natsuki. Podríais haber muerto si no fuera por...- Diana dejo la frase a medias, señalando al ex-militar, que estaba tranquilamente bebiendo su cerveza.

-Cailean- el ex-militar termino la frase de Diana.

-Eso- Dijo Diana, rematando la regañina. Sophie suspiró.

-Gracias por ayudarnos, Cailean.- le dijo Sophie.

El hombre la ignoró.

-Dije que os ayudaría y eso he hecho. -comento simplemente.- Por cierto, deberíais andar con un poco más de cuidado. Venir aquí ha sido arriesgado y quedaros aquí lo sigue siendo.

-¿Y a donde vamos?- pregunto Sophie. Cailean se levantó y les mando seguirle con un gesto. Le siguieron por las callejuelas, sucias, estrechas y malolientes, hasta llegar a una puerta bastante escondida.

-¿Donde estamos?- pregunto Sybil desconfiado.

-En mi casa.- dijo Cailean, simplemente.

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2017 ⏰

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