Mi Preciada Joya: Agape y Eros

Plan de Acercamiento

El celular de Yuuri comenzó a sonar, al ver de quien se trataba reconoció el número de Chris, al parecer un mensaje de texto con las palabras "ya conocí al Sr. Viktor" no era suficiente explicación para él.

-Hola Chris – contesto el castaño – hola Yuuri cuéntame ¿cómo está mi hermano? – el nipón no tuvo que pensar mucho su respuesta – está hecho un completo desastre, es casi imposible reconocerlo. – el rubio se quedó en silencio por unos instantes al otro lado de la línea. -Ya me lo imaginaba, hace un año que se alejó de todos y apenas si contesta cuando lo llamamos, pero lograste que te recibiera ¿qué le dijiste para convencerlo?

-Fue un poco difícil al inicio, porque es claro que ya perdió la costumbre de socializar con otras personas, fue un poco grosero, pero le dije que me habías enviado para que cuidara de él y de su salud por el momento me creyó.

-Tienes razón, si le hubieras hablado sobre trabajo es posible que te cerrara la puerta y no te dejaría hablar más del tema. Lo estás haciendo bien, tendrás que ser muy sutil y ganarte su confianza poco a poco.

-Eso haré, por ahora seguiré llevándole comida diariamente y tratare de ayudarlo en algunos quehaceres de su casa. Si le llega a preguntar, ya sabe lo que debe decirle. – ese había sido un día agotador para el japonés, llegar a la casa de Viktor no era sencillo.

-Sí, comprendo lo dejo en tus manos Yuuri. Cuida de mi hermano.

-Haré todo lo que este a mi alcance Chris.

Al cerrar la llamada, Chris no pudo evitar preocuparse por su hermano, desde que aquello ocurrió Viktor no volvió a ser el mismo, perdió su dulce sonrisa, su alegría y hasta las ganas de vivir. Por más que él y su hermana Mila trataron de animarlo, no recibieron ninguna reacción de su parte, pero el golpe más duro fue cuando sin previo aviso su hermano dejo el país para encerrarse en aquella casa como si fuera un ermitaño. Le llevo un tiempo a Chris y algo de dinero investigar el paradero de su hermano, al cabo de unos meses por lo menos había logrado que él contestara sus llamadas; y de ese modo tener alguna noticia de que aún estaba vivo.

Por otra parte, Yuuri caminaba tranquilamente por las calles de Hasetsu, mientras daba vuelta en su cabeza tratando de buscar una explicación, o algún motivo lo suficientemente terrible para dejar a una persona, con un futuro brillante en semejante estado de ruinas. Una de las razones por la que el japonés había escogido a Viktor como su modelo a seguir, fue por su fuerte determinación de ser autentico, para muchos de los orfebres tradicionalistas los métodos modernos de Viktor, eran una ofensa, pero al verlos hermosos resultados de su trabajo, no les quedaba otra opción más que aceptar que aquel hombre era un prodigio y que su talento era innato, igual que el de su difunta madre Alena De Giacometti.

A donde se había ido toda esa determinación, fuerza y ganas de enfrentar al mundo, era como si otra persona ocupara el cuerpo de Viktor. Por el momento no tenía caso quemar sus neuronas con preguntas sin respuestas.

Al llegar a su casa Yuuri, le contó a su madre lo ocurrido y de paso le pidió ayuda con los preparativos de los alimentos que le llevaría al ruso cada día, también le pidió que fuera discreta con respecto al paradero del famoso diseñador, los periodistas harían lo que fuera por tener una primicia como esa, y definitivamente Yuuri no sería quien se las daría.

*****

En la cálida cabaña que se había convertido en su hogar el ruso de ojos azules se encontraba lidiando con un ataque de hambre, hacia tanto, pero tanto tiempo que no probaba algo tan delicioso como la riquísima comida que aquel joven un poco pasadito de peso le llevo ese día, a pesar de su aspecto parecía ser una buena persona. Al instante Viktor se reprendió mentalmente a sí mismo "las personas no son buenas, no confíes en nadie" si lo haces volverás a sufrir.