Cicatrices

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San Petersburgo, 10 años atrás

-Danos tu dinero y tu tarea también, las escorias como tú no deberían existir, lárgate a tu país mono asqueroso.... – no era la primera vez que Viktor veía ese tipo de escena, chicos descerebrados haciéndole bullying a otros chicos, pero en esa ocasión algo era diferente y se acercó de manera inconsciente al lugar.

-Sonrían a la cámara – su voz puso en alerta a los agresores – creo que al comité de disciplina le gustara ver esto ¿no creen? – los miraba mientras sostenía su cámara en las manos y sonreía con sarcasmo, aquellos descerebrados eran de segundo año.

- ¿Qué crees que haces? ¿Por qué tomas fotos? – Contestó el que parecía ser el cabecilla del grupo – no te metas con nosotros o lo pagaras caro, niño bonito – seguía viendo a Viktor de forma desafiante.

- ¿Y cómo harás eso? sabes que tienes todas las de perder en este caso – el joven mantenía su actitud segura ante aquellos chicos – para empezar, tengo pruebas de lo que hacían, además si me hacen algo es como si lanzaran un desafío directo a los estudiantes de cuarto año ¿Están dispuestos a enfrentarlos a todos ellos?

Los chicos comenzaron a retroceder al ser de segundo año, no tenían ni la fuerza, ni la valentía suficiente para enfrentar a los estudiantes de un nivel superior.

– Por ahora lo dejaremos así, pero no te confíes niño bonito nos vamos a... - uno de los chicos se acercó y le dijo algo al oído, el chico puso una cara de asombro y sin decir más nada todos se alejaron, dejando a un joven lastimado en el suelo.

-Chao chicos, no se olviden de pasar a saludar – dijo Viktor antes de que se alejaran y disfrutando de sus gestos de molestia; luego se agachó para ayudar al joven que estaba en el suelo - ¿Estás bien? ¿Te ayudo para que vayas a la enfermería? – ofreció, pero como respuesta obtuvo una mirada feroz por parte de aquel jovencito.

-No tenías que hacer nada, todos en este país son unos engreídos que se creen superiores a los demás – se levantó con dificultad – por tu culpa ahora nunca me dejarán en paz, gracias por nada señor Nikiforov – sus ojos chocolate claros le lanzaron una última fulminante mirada a un atónito Viktor, antes de irse.

-Genial, por primera vez hago algo bueno por alguien y termino siendo el malo – el joven miro las fotos de su cámara, por ahora las conservaría, le podrían ser útiles en un futuro, pero en ese momento lo que más le intrigaba era el saber ¿Quién era ese lindo chico de hermosos y feroces ojos chocolates?

Los días transcurrían y como el chico lo había dicho los acosos continuaron, pero cada vez que Viktor estaba cerca, los agresores se alejaban, frustrados por no poder hostigar a su víctima. Con lo poco que el ruso había podido investigar aquel joven era japonés, su padre era un importante científico de un laboratorio médico y él era el único hijo de ese matrimonio, a Vitya le molestaba que todos lo conocieran a él y a su familia, pero a él le costara tanto saber sobre alguna persona de ese colegio.

Con el tiempo se corrió el rumor de que el chico japonés era el protegido de Viktor Nikiforov; y aunque al ruso no le molestaba si le parecía exagerado que comentaran que tenía un protegido, uno que hasta el momento no le había dado las gracias por su ayuda, al menos había logrado que su vida escolar fuera normal y sin acosos – que injusto es todo esto – un frustrado joven se preguntaba si su "protegido" le dejaría acercarse a él algún día, hasta ese momento había intentado de todo y nada funcionaba.

El día que menos se lo esperaba la oportunidad de Vitya llegó, en una banca en el patio trasero de la escuela, un solitario japonés comía su almuerzo y parecía estar dibujando algo, como era un área apartada, muy pocas personas se acercaban a esa parte de la escuela, sin darse cuenta aquel chico atraía cada vez más la atención del ruso y al levantar su mirada no se sorprendió al ver de quien se trataba.

Mi Preciada Joya: Agape y ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora