Un Nuevo Comienzo

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La mente del joven se encontraba confusa, le dolía mucho la cabeza, intentó moverse, pero algo lo sujetaba firmemente en la cintura, levantó suavemente la sabana para encontrar que un brazo se posaba en ese lugar, ¿De quién era? ¿Cómo había llegado a su habitación? se movió y casi cae de la cama al ver que la persona a su lado era Viktor, quien dormía profundamente muy cerca de su cuerpo - ¿Cuándo llego Viktor aquí? – dijo en un susurro para no despertar al ruso. Trató de repasar en su mente lo que había pasado en la fiesta, pero solo recordaba estar bailando con Sala y que se tomó algunas copas de champaña, después de eso nada, no había nada ¿Cómo era posible que en su primera fiesta perdiera el control de ese modo? el constante movimiento hizo que el ruso por fin despertara, al verlo a los ojos Yuuri no supo cómo reaccionar.

-Buenos días Yuuri ¿Cómo te sientes? – decía mientras se desperezaba en la cama.

-B-buenos días... Viktor ¿Qué pasó anoche? – la sola idea de que hubiera hecho algo que lo ofendiera o que hubieran hecho eso... no, no eso no pudo pasar ¿O sí? ¿Y si ya no quería ser más su amigo? su cabeza era un completo caos, pensar en tantas cosas solo aumentaba su dolor de cabeza.

- ¿No recuerdas nada de lo que pasó anoche? – la mirada interrogante del ruso, solo hacía que Yuuri se llenara de más dudas.

-No, lo siento Viktor, si te ofendí de algún modo, lo siento.

-Qué triste que Yuuri no recuerde nada, eso me duele mucho – Viktor bajó la mirada y el joven sintió una ola de culpa que era lo que había olvidado.

-¿M-me podrías decir que fue lo que olvide?... por favor – sentía como sus mejillas ardían por lo sonrojadas que estaban.

-No te lo diré, haré algo mejor que eso – se acercó y sujetó suavemente la barbilla del joven, su cercanía era tanta que sus narices se rozaban – yo haré lo mismo que Yuuri me hizo – se acercó aún más y con suavidad posó sus labios, sobre los labios de un confundido joven que no supo cómo reaccionar en un inicio, pero la firmeza y habilidad de Viktor para besar fue envolviendo a Yuuri, poco a poco se dejó arrastrar por la agradable sensación que le producían los besos del ruso, apenas si pudo recuperar el aliento cuando se separaron.

-V-Viktor, esto no está bien – apenas podía articular las palabras, Viktor aún estaba muy cerca y cada roce de su piel le hacía sentir como si recibiera descargas eléctricas, sin mencionar que su corazón se encontraba latiendo sin control.

- ¿Por qué no está bien Yuuri? tú fuiste el primero en besarme anoche, aunque lo hayas olvidado, no puedes negar que sentiste lo mismo que yo, hoy no estas ebrio y tu respuesta fue la misma, pero si quieres podemos ir más lento, más no me pidas que me aleje de tu lado, no ahora que por fin estoy descubriendo nuevos sentimientos a tu lado – ambos permanecían muy cerca, por lo que Viktor volvió a tomar los labios del joven, en un beso mucho más profundo, y en esta ocasión Yuuri correspondió al beso del mismo modo. Se besaron por un largo tiempo, la embriagante sensación de estar tan cerca por primera vez los envolvía, nunca pasó por sus cabezas que algo así podría sucederles, al terminar de besarse simplemente se quedaron acostados en silencio, el ruso descansaba su cabeza sobre el pecho de Yuuri, mientras este pasaba sus dedos entre las hebras de su cabello.

Salir del hotel fue otro reto para ambos, muchos de los periodistas aún se mantenían en hotel a la espera de alguna noticia o primicia que pudiera hacerles el día, pero con la ayuda de uno de los empleados del hotel pudieron llegar hasta el estacionamiento sin que nadie los viera, para sorpresa de Yuuri el ruso andaba en un auto.

- ¿De dónde sacaste ese auto? – preguntó entre sorprendido e intrigado.

-Chris me ayudó a conseguirlo, en cuanto supo que vendría y me lo envió con uno de los empleados de la oficina. Muy conveniente ¿No te parece? – arrancó el motor del auto y salieron a toda prisa del lugar, para no dar tiempo de que nadie los viera, y una vez en las transitadas vías de la ciudad, le preguntó al joven hacia donde se dirigían ahora.

Mi Preciada Joya: Agape y ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora