En esa fría noche de navidad, Phichit pensó que podría pasar ese momento especial al lado de Yuuri, pero se equivocó, nuevamente se equivocó, solo bastaba con ver cómo le brillaban los ojos cuando miraba a ese tal Viktor, desde que lo vio supo de quien se trataba, su amigo siempre lo había admirado y le mostraba fotos de él todo el tiempo, diciendo que soñaba ser como él algún día. El asunto es ¿Cómo llegaron a conocerse? o ¿Por qué estaba en la casa de Yuuri? Debió preguntar, pero se sintió tan decepcionado que solo quería irse de ese lugar lo más rápido posible.
Durante esas dos semanas pensó que, con Otabek fuera de la vida de Yuuri esta vez podía acercarse a él y recuperar aquella oportunidad que había perdido años atrás, su amigo parecía muy animado con volver a patinar y pasaron mucho tiempo juntos, parecía que por fin podría estar más cerca de él. Fue hermoso verlo patinar nuevamente, su belleza y la hermosa manera de trasmitir todos sus sentimientos a través del patinaje, le recordó tanto al Yuuri de años atrás, pero fue tan doloroso descubrir que todo ese esfuerzo fue para dedicárselo a esa persona llamada Viktor ¿Cómo podía competir contra él? Nuevamente había alguien más importante para el nipón y ese alguien no era él.
Para Phichit fue más que evidente que aquel hombre ya había desarrollado algún tipo de interés por su amigo, pudo sentirlo en el momento en que Yuuri los presento, su mirada claramente decía que no quería verlo cerca de su amigo, aunque claro, eso no pasaría, al menos no por el momento.
Esa noche al llegar a su casa solo se acostó y descansó por lo que quedaba de la noche, apagó su celular para que nadie le molestara, no tenía ánimo para lidiar con nadie, solo quería dormirse y olvidarse de todo al menos por unas horas.
Durante ese día se quedó en su casa, algo extraño en él ya que regularmente salía a cumplir su rutina de ejercicios, sin ánimos buscó su celular que ya no estaba apagado, vio algunas de sus redes sociales, contestó algunos mensajes y comentó algunas publicaciones, nada que le tomara mucho tiempo. ¿Ahora que haría en el resto del día? Para su sorpresa Yuuri lo llamó, platicaron un rato y luego este se despidió porque alguien lo llamó; aunque él pudo reconocer aquella voz masculina.
Con la llegada de la noche Phichit sentía que se asfixiaba en su propia casa, por lo que decidió salir; aún no tenía una idea de a dónde ir, pero cualquier lugar era mejor que estar encerrado en su casa, conducía su deportivo gris por la ciudad como buscando algún lugar que llamara su atención, sin ver nada en particular; después de un rato recordó el bar del padre de uno de sus clientes del gimnasio llamado Minami Kenjiro, incluso había ido a la fiesta de inauguración, al no parecerle una mala idea se dirigió a ese lugar.
Al llegar no había mucha clientela, tal vez se debía a la fecha, pero eso no le molestó, caminó hacia la barra y saludó al señor Kenjiro, quien al verlo se alegró mucho; aunque él debía suponer porque se encontraba en su local, después de un rato de platica le contó muy por encima como se sentía, mientras que el bartender le ofrecía algunos tragos bajos en licor porque sabía que a Phichit no le gustaba abusar del alcohol. Mientras el señor Kenjiro atendía otros clientes, él se quedó solo por un rato y fue en ese momento cuando un apuesto hombre de cabello negro y ojos del mismo color se le acercó, con una mirada llena de misterio que de inmediato captó toda la atención del tailandés.
-Hasta que te dejan solo, estaba esperando la oportunidad para poder acercarme ¿Te invito un trago? – preguntó mientras levantaba su copa, después de todo el vaso de Phichit ya estaba vacío.
-No puedo dejar que un chico guapo pague por mí – aunque no era su intención estar en plan de conquista esa noche, pero aquel joven realmente había llamado su atención – mejor déjame a mi invitarte un trago y lo único que me tienes que dar a cambio es tu compañía ¿Estás de acuerdo?
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Mi Preciada Joya: Agape y Eros
FanfictionEl famoso diseñador de joyas Viktor Nikiforov a desaparecido sin dejar ninguna explicación, después de haberse posicionado como el mejor diseñador con su famosa pieza de colección Agape. Yuuri Katsuki trata de seguir las huellas de su ídolo Viktor...