Capítulo 17

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NARRA EMMA.

Estoy muy enojada, me encuentro adolorida, mi cabeza, piernas, brazos. Además tengo que repartir comida, es lo peor.

- ¿No crees que es fantástico? - Habló Evan mientras comía y repartía.
Definitivamente pensamos distinto.

- No...

- Vamos Emma, así no te formas para comer, solo tomas una cuchara, estiendes tu mano y ¡Ammm! Lo comes.

- Que divertido - Dije sarcástica.

- ¿Que harás al rato?

- Tengo que ir a comprar cosas para la fiesta de Megan.

- Yo te ayudo - Sonrió.

- ¡Hey! Dejen de platicar y sigan trabajando - Habló la señora de la cocina - Señor deje de comerse la comida.

Voltee a ver a Evan quién tenía la cuchara dentro de la boca.

- Lo siento - Habló con la boca llena, diug.

Sonó el timbre.

- Al fin - Dije quitándome la asquerosa red de la cabeza.

- ¡Hey! ¿A dónde creen que van? - Dijo la señora de la cocina.

- Toca química - Habló Evan.

- No irán a ningún lado hasta que allá quedado todo limpio.

- ¿¡Qué!? - Exclame.

- Pero... - Habló Evan.

- Nada de peros comiencen a limpiar y lavar todo lo que ocuparon, así se podrán ir - Se fue.

- Los peros son malos - Hablé.

- Si, maldeciste los peros desde que nos llevaron a dirección.

- Eso que - Dije riéndome​.

- ¡Eres una bruja! - Abrió sus ojos como platos.

- Si claro, ¡te convertiré en un animal!¿Que prefieres?, Gato, conejo, pollo o perro, ¡Oh no! Perro ya lo eres.

- ¡Hey! No es mí culpa que les parezca irresistible.

Sonó mi teléfono.
Estela.

- ¿Qué? - Pregunté, era mi madre.

- Necesito la casa y no quiero que vengas.

- ¿Y mis cosas?

- Sacaré lo que por regular usas y las dejaré afuera.

- ¿Y Tayler?

- No lo sé, tal vez se quede en la universidad o con un amigo, yo que se - Colgó.

- Genial... - Dije sarcástica.

- ¿Todo en orden? - Preguntó Evan preocupado.

- Eh... Si.

Después de limpiar, me dirigía a mi clase, Evan tuvo que ir a su entrenamiento.

Entre a mí salón y me dirigí hacia un asiento.
Saque mi teléfono y comencé a contestar la mayoría de comentarios que hubo en mi último vídeo.

- ¡Dios mío! - Alcé la mirada, encontrando a Megan.

- ¿Que pasa? - Pregunté.

- ¿Que rayos te pasó en el rostro? - Maldición se me olvidó contarle a Megan.

- Oh no.

- Habla - Se sentó frente de mí.

- Tuve una pequeña discusión con mi madre, y accidentalmente rodé por las escaleras pues ya sabes... - Bajé mi vista a mí celular.

Recuérdame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora