Capítulo 08
Mis ojos se cerraron en una brevedad de segundos en los que mis labios hicieron lo propio. Ni siquiera entendía exactamente qué era lo que ocurría, era él, era yo... Éramos ambos entregados en este beso, un beso distinto, completamente extraño que había infundido en mí un atisbo de chispa dentro de mi corazón, en lo más profundo de aquel corazón roto.
Entonces la imagen de unos ojos verdes apareció en mi memoria.
«Te amo Maggy»
Susurró cerca a mis labios, sus labios, esos labios gruesos y rosados que siempre me besaban con cariño, que eran hambrientos y necesitados, y los que repitieron aquella frase tantas veces junto con muchas promesas falsas.
Empujé a Dereck al instante quedándome estupefacta por lo que había sucedido y por la imagen tan errónea que había aparecido en mi cabeza.
— ¿¡Qué diablos te pasa!? — chillé sintiendo mis labios hinchados y las manos temblorosas.
— Me atraes. — confesó. — Desde el primer momento en que te vi me atrajiste como un imán hacia ti.
— Oh no, ni lo pienses — me cogí de la cabeza dando una vuelta. — No volveré a pasar por esto otra vez. ¡Nadie más volverá a jugar con mis sentimientos entendiste!
— ¡Yo no soy él, Margaret! — sentí mi cara arder mientras el recuerdo de sus ojos verdes se hacía presente otra vez.
— No me interesa si eres él o no. Todos son exactamente iguales y no vuelvas a besarme, no quiero ningún beso de tus labios prostitutos — espeté.
Caminé a paso acelerado buscando la salida pero Dereck me sostuvo de la muñeca.
— Primero, tú no te vas. — apretó su mandíbula. — Segundo, deja de compararme porque yo no soy así. — me atrajo hacia su cuerpo haciendo que botara el libro. — Y tercero, yo no beso a cualquiera. Mis besos son exclusivos bella.
— Oh sí claro y supongo que lo mismo le dijiste a Lisa mientras ella... Gritaba tu nombre — intenté alejarme y soltó una risilla.
— Puedo tener sexo con muchas, pero a no cualquiera le hago el amor. — su aliento rozó mi cuello haciendo que la piel se me pusiera como de gallina.
— ¡Deja ya de intentar seducirme! — lo golpeé en el pecho.
—No intento seducirte, soy sincero que es distinto.— Lo fulmine con la mirada creyendo que era irreal lo que sucedía, como era posible que él estuviera haciendo esto. — ¿Dime que sientes? — volvió a preguntar.
— Ya te dije que no siento nada. No siento nada por nadie más que por mi familia. — forcejee con él. — Mis sentimientos acabaron el día en que me traicionaron.
— Entonces ni siquiera el beso que te acabo de dar hizo que sientas algo. — tragué saliva y me rehusé a mirarlo. — Porque por un segundo sentí claramente que me correspondiste, que te dejaste llevar.
— ¡Es un beso Dereck, no significa nada para mí! — espeté.
— No me mientas Margaret, odio que lo hagas. — sus ojos grisáceos comenzaron a tornarse rojos y sabía lo que iba a pasar.
— No te atrevas. — lo amenacé asustada.
— Dime la verdad, no me obligues a hacerlo por ti. — Y es que no podía, no podía porque ni siquiera yo sabía que era lo que sentía... Qué había significado aquel beso y que comenzaba a significar Dereck en mi vida. — Bien. — sus ojos se tornaron por completo de un color rojo carmín mientras me dejaba hipnotizar por aquella profundidad, mi mente y mi cuerpo ya no trabajan al mismo tiempo, se desconectaron al instante. — Quiero que me digas lo que sientes, que seas sincera por completo — ordenó.
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Tengo Sed de Ti - II
Vampiros¿Sera su amor suficiente para perdonar su traición? Averigualo.