Capítulo 40
Bebí todo el jugo de piña y metí las fresas a mi boca, a la vez juntaba la mantequilla sobre mi pan integral y luego volví a meter todo a mi boca. Daniel entrecerraba los ojos mientras comía, últimamente peleábamos mucho por ver quién desayunaba antes, puesto Daniel comía como un ogro y yo le hacía la competencia.
— No me dejaste ni una tostada Margaret. — gruñó sin quitarme la vista y bebiendo un poco más de su jugo que en realidad era sangre mezclada.
Podría decir que en los últimos meses había visto a Daniel beber más sangre que en toda su vida, eso sí mencionar que ha vomito como borracho primerizo y ha estado muy ansioso, no sabía con exactitud si beber y comer de mas era su forma de sobrellevar un rompimiento, pero había decidido no meterme más en sus asuntos si él no lo quería.
— Lo siento, tengo mucha hambre y llegaré tarde al trabajo. — le dije sabiendo que el sueño me había vencido y que me levanté como si me hubieran lanzado un balde con agua fría.
— ¿Hoy vendrás a dormir? — ladeó la cabeza.
— ¿Por qué no vendría a dormir? — él terminó su jugo y me fulminó con la mirada.
— Vamos Mag, sabes que pasas más tiempo allá que acá. Quizás deberías mudarte con Lucian si te sientes más cómoda.
— ¿Me estas echando? — enarqué una ceja y él rodó los ojos.
—No, solo estoy diciendo que si quieres también puedes quedarte con él. Siempre vienes más alegre después de verlo. — volvió a poner los ojos en blanco.
Tomé el pomo de leche condensada y lo vacié sobre las últimas fresas que me quedaban.
— Joder Maggy déjame algo, también tengo hambre.
— Estoy en mis jodidos días premenstruales, tengo ansiedad y mal humor. No me provoques. — pinché la fresa con el tenedor.
— Creo que siempre estás en esos días... Porque últimamente andas muy... Auch. — se quejó cuando le lancé una cucharada. — Y además estas agresiva.
— Te lo advertí. — terminé de comer, me causaba gracia que a veces discutiéramos, quizás era el hecho de que nunca habíamos tenido la oportunidad de comportamos realmente como hermanos "normales" aunque puede que seamos más anormales que normales. El año que habíamos compartido juntos yo no había sido la hermana que debí ser, estuve sumida en tristeza, en enojo, en mucha rabia contenida y Dan solo vivía preocupado por mí, por lo que haría y mantenerme a salvo, ninguno de los dos hizo bien el papel de hermano por lo que ahora que lo estábamos intentando todo era mejor de lo que esperaba.
— Umm volviendo al tema de antes. — se rascó la cabeza, su cabello había vuelto a crecer, sus rulos; por momentos, andaban muy rebeldes y le caían sobre la cara. — Si quieres pasar la noche con él no me opongo pues...
— Dan. — dejé caer mis antebrazos sobre la mesa. — ¿Qué estás tramando? Aún falta unas semanas para la noche de brujas. — Él sonrió y negó.
— Es gracioso que lo digas pues sé que tú la consideras una bruja pero... — todas las alarmas se encendieron en mi cabeza.... Oh no, no otra vez.
Es momento de poner en marcha el plan "soy de palo y tengo orejas de pescado".
— Joder, que tarde que es. — miré mi muñeca simulando tener un reloj imaginario y me puse de pie.
—Maggy, invité a Ni...
— Umm el jugo de piña está delicioso. — bebí rápido.
— Margaret escúchame, intento decirte que Nina y yo...
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Tengo Sed de Ti - II
Vampiros¿Sera su amor suficiente para perdonar su traición? Averigualo.