Capítulo 25

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Capítulo 25

Acunaba al pequeño entre mis brazos mientras Lauren revisaba que todos sus papeles estuvieran en orden.

Louis no dejaba de tomar mi nariz y babear mis mejillas, sus ojos azules te hipnotizaban de solo verlo.

— Me vas a extrañar ¿Verdad mi amor? — utilicé una voz infantil.

— Maa... — babeó mi mejilla y con sus manitas movía mi cara.

— Maggy, Maggy. — repetí moviéndolo, Fabio se acercó y con un dolor que me embargó el pecho le di a su bebé. — Debieron quedarse más tiempo.

— Lo siento Margaret, pero con la armería y el spa en el que trabaja Lauren apenas nos da tiempo de salir. — besó mi mejilla despidiéndose. — Por cierto ¿Qué sucedió con Marcial? No volví a escuchar de él.

— Digamos que solucionamos nuestros problemas. — no mentí del todo, Fabio entrecerró los ojos dudoso.

— Solo no te metas en problemas.

— Yo nunca me meto en problemas. — bufé con burla y él puso los ojos en blanco.

Lauren se acercó a mí y me dio un fuerte abrazo, nos quedamos así por unos segundos, mi tía me había cuidado tantos años que ahora me daba cuenta lo mal agradecida que fui con ella, quizás lo ocurrido me trajo cosas malas pero también me ayudó a tener un poco más de sensibilidad a no ser tan cruel y fría con las personas a las que realmente les importo.

— Te quiero. — susurré en su oído y ella se separó de mi con los ojos muy abiertos.

— Margaret...

— Sé qué no te lo he dicho, quizás nunca. — torcí la boca. — Pero debes saberlo, me gustaría decirte tantas cosas que nunca me alcanzarán las palabras para agradecerte.

— Yo amaba a Teresa, cuidarte jamás fue una carga para mí, fue tratar de tener algo de ella conmigo. — sonrió y pude verla lagrimear. — Ahora tienes a Dylan, ambos son adultos, deben tenerse siempre el uno al otro, porque un lazo de sangre nadie lo podrá separar.

Daniel se acercó a ambas, supuse que había escuchado las palabras de Lauren, y aunque ella no cuido de él en todos esos años, el tiempo que convivimos fue suficiente para que Daniel quisiera a Lauren de la misma manera en que la quiero yo.

— Siempre serán mis niños, mis bellos mellizos. — Dan nos abrazó con fuerza y agradecí tenerlos a ambos en mi vida. — Ya me harán llorar. — dijo ella.

— Te vamos a extrañar Lauren. — Daniel pasó una mano por mi hombro. — Y vamos a extrañar el llanto de ese pequeño.

Todos reímos y yo trate de aguantar el horrible nudo en el estómago, no quería separarme de ellos, no quería.

— Te prometo volver Lauren, no puedo seguir aquí sabiendo que mi bebé está creciendo y yo no soy parte de su crecimiento.

— Les mandaré fotos.

— Lauren. — la llamó Fabio. — Es hora de irnos cariño. — Nos despedimos una vez más y tuve que poner de toda mi fuerza de voluntad para no ir tras de Louis y robármelo.

— Estarán bien Magga. — masculló Bee viniendo a mi lado.

— Lo sé.

Esperamos un rato y luego salimos del aeropuerto, ese horrible vacío en mi pecho otra vez estaba allí más no me sentía del todo triste, sabía que muy pronto me volvería a reunir con mi familia.

— Los veré después. — expuso Emma tecleando en su móvil.

— ¿A dónde irás? — curioseé.

Tengo Sed de Ti - IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora