Capítulo 14

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Ok, aquello no había salido como lo planeó. Para empezar, contó con que sus otros compañeros de juego se opondrían rotundamente a perder una prenda, pero al parecer se equivocó; ¡Todos parecían disfrutar de la vista de sus contrincantes sin cueros!

Él no se avergonzaba, solo detestaba las insistentes miradas de las chicas en el grupo hacia su persona, vaya, apenas se había quitado la polera que llevaba y ninguna del grupo le quitaba la vista de encima. Mérida lo estaba retando y, para mantener su orgullo intacto, él aceptaba cada una de las jugadas con el mentón en alto. Jack era insolente y muy competitivo, eso todos lo sabían. Sin embargo, el único que no comprendía la actitud del peliblanco era Hiccup, quien había permanecido con el entrecejo hundido y no se molestaba en hablar. Hasta ahora, Hiccup permanecía conservando la mayoría de sus prendas, pues había ganado gran parte de las rondas jugadas en aquella noche, era tan evidente que el ojiverde poseía la habilidad de jugar cartas, y eso molestaba aún más a Jack Frost.

Hasta que... por fin, el castaño perdió.

­­­_Hipo... tu camisa.-ordenó Mérida con una sonrisa complacida. Era su amiga, pero no desperdiciaría la oportunidad de ver a su "ardiente" mejor amigo mostrar aquel cuerpo con el que Dios aportó toda su generosidad. Lastimosamente, Jack se mordió el labio con nerviosismo, cuando el mayor empezó a quitarse la camisa.

El abdomen de Haddock quedó al descubierto, las risas y los piropeos no se hicieron esperar. Jack se encogió en su sitio incómodo, el ardor que empezaba a sentir en sus mejillas no traía nada bueno, toda la atención se perdió en Hiccup, que era todo músculos, mientras él era tan... delicado.

Tomó, precipitadamente, del vaso rojo que contenía cerveza, para excusar su rubor.

Y, después de otra ronda, nuevamente Hiccup Haddock perdió y sus botas marrones fueron removidas.

Otro vaso no vendría mal.

...

Dos horas más tarde, sentía el mareo en su cabeza y el calor en su garganta, se reía de todas las ocurrencias de sus compañeros y parecía que la noche no tenía fin. Habían dejado de jugar desde hace un rato, ahora solo bebían y conversaban (Obvio, habían vuelto a vestirse) en aquella habitación, como si fueran amigos de toda la vida. Descubrió la divertida personalidad de Tadashi Hamada y ambos estaban sentados, hablando de trivialidades sin notar la cercanía del pelinegro hacia él.

Evidentemente, cierto castaño si lo notó.

-¡Hipo, ven aquí, amooor­­­!-el grito de uno de los chicos, llamó su atención. Desvió su mirada de Tadashi y encontró a Evan, un chico que se había integrado a su grupo, abrazando sin ninguna vergüenza a Hiccup. Mérida los miró también; Evan era el exnovio de Hipo, pero eso no todos lo sabían.

-¿Qué estás haciendo?-susurró el castaño a su expareja, que parecía un poco pasado de copas.

-¡Amándote!-respondió.- ¡Ven Hiccup, déjame llevarte a la cama otra vez!

La mitad de los presentes estalló a carcajadas.

Jack los seguía observando, sintiendo un extraño nudo en su estómago, una sensación que no sabía interpretar, pero que ya había sentido antes; cuando Astrid llamó a Hiccup, sintió exactamente lo mismo que sentía ahora.

¿Por qué se sentía así?

-¿Jack?-Rapunzel le llamó, pero no apartó su mirada de aquella escena, el chico rubio no dejaba de abrazar a Hiccup... ¡Y este solo sonreía apenado!

-Voy al baño, Punzie.-declaró, poniéndose de pie. Tadashi lo miró con compasión, pero no lo detuvo. Camino hacia la puerta y salió de la habitación.

Afuera la fiesta seguía. La música ambientaba el lugar con un tono electrónico y rápido, se sintió mareado, sus sentidos empezaron a fallar y las imágenes de su entorno eran difusas y se movían con una lentitud anormal, parecía que el suelo no lo sostenía con firmeza y las paredes se hacían a un lado para que no pudiera apoyarse. Consiguió visualizar una puerta, que parecía ser la del baño, se tambaleo hacia ella y la abrió sin molestarse en tocar, por suerte no estaba ocupado. Se recargó en el lavabo y se miró al espejo, sus ojos estaban rojos y sus mejillas sonrojadas, veía a dos Jacks que lo miraban con menosprecio y asco. Abrió la llave del agua y se lavó la cara, el frío del agua penetró sus poros consiguiendo despertar su adormecida sensación. Se sentó en la tapa del escusado y recargo los codos en sus rodillas, encorvó su espalda mirando al suelo con aire derrotado. La música, que en lo personal no le gustaba, seguía escuchándose atrás de la puerta y las voces de personas conversando y riéndose se dispersaban combinándose con aquella música de mal gusto.

"Tú me gustas mucho" Recordó de repente.

Hiccup parecía disfrutar que aquel sujeto estuviera abrazándolo y besando sus mejillas. Si, había escuchado que Hiccup era todo un casanova, pero al volverse su amigo pensó que esos rumores eran erróneos, quizá el castaño tenía parejas esporádicas y por eso se había creado fama. No era taaaan feo. ¿A quién quería engañar? El castaño era muy atractivo, por eso le hacía competencia ¿no?

Tocó sus labios, recordando el beso que Hipo le tendió en los baños de su escuela. Los imagino, otra vez. Recorriendo cada centímetro de su boca y encendiendo ese calorcito que se anidaba en su pecho. Eran tan suaves y cálidos, ahora recorrían su mentón y descendían hasta su cuello, dejando pequeñas mordidas que le provocaban cosquillas, sus ojos estaban cerrados e imaginaba sus propias manos acariciando esos mechones castaños con desespero. Imaginaba las manos de Haddock acariciando su parte más íntima, aun cuando eran sus propias manos. Cuando escucho un gemido salir de su propia boca, se detuvo.

Entonces notó el PEQUEÑO problema en sus pantalones.

Maldito alcohol.

_¡Hey, ¿acaso te has dormido?!-escuchó una voz afuera.

Avergonzado, se quitó su sudadera y la sostuvo enfrente de él para ocultar la dolorosa erección que tenía. Mierda. Debía volver a casa pronto con sus hermanas. Salió del baño e ignoró la mirada de reproche que le mandó el chico que esperaba afuera. Vale, debía encontrar a Elsa y a Anna, pero ¿Dónde podrían estar? Avanzó por el pasillo del segundo piso y pensó que volver a la habitación donde estaban sus compañeros del póker-no por Hiccup Haddock, por supuesto- era una mala idea, sobre todo con su problema en los pantalones. Asique caminó hasta otra puerta y la abrió al azar. Se arrepintió al instante puesto que una pareja soltó un grito y una maldición, porque los había pillado en acción, se disculpó y cerró la puerta avergonzado.

Fue a la siguiente puerta y cuando la abrió, ¡cuánto hubiera preferido encontrar a otra pareja y recibir sus maldiciones!, pero no...

Lo que encontró fue a un sexy castaño sin camisa y con el botón de sus pantalones abierto, en frente de él.

# Ejem, ejem sin comentarios

¡Cuanto tiempo! Que tal estuvo? Mil perdones por no haber actualizado antes >_<



Solo Di Mi Nombre ~HIJACK~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora