Capítulo 29

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Y ahí estás, justo en frente de mí, a tan solo pocos metros, con tu mirada tan azul e intensa que siento mis rodillas flaquear, como si en cualquier momento me derribara el golpe de alguna palabra u oración crueles. Te miro y pienso en lo hermoso que eres, tan único y especial para mí que puedes ser mi debilidad, la única debilidad que de verdad me aterra. Estás tan perfecto e inmutable que siento los nervios recorrer mi espalda, tus manos están dentro de tus bolsillos y permaneces en una postura serena, más no percibo aquella frialdad que me congeló el corazón y lo partió en pedazos cual cristal, es algo diferente... pareces diferente.

Y eso no cambiará nunca el hecho de que siga enamorado de ti.

—No deberías estar en el frío. —comentó con perceptible preocupación, y se acercó unos pasos a él, dudoso... solo unos pocos pasos.

Jack rodó los ojos.

—¿Cuándo aprenderás que el frío nunca me molestará? —le preguntó retóricamente, pues no necesitaba una respuesta realmente, Hipo rascó su nuca, sintiéndose estúpido por su comentario.

—¿Qué haces aquí? —expresó su mayor duda, con el temor en sus ojos y removiendo su cuerpo incómodo, miró al suelo, evadiendo la penetrante mirada azul del chico que amaba.

Jack, sonrió, aunque sus ojos se veían tristes todavía. El castaño no lo vio venir, solo prestó atención en ese instante de la apariencia atractiva del menor, llevaba unos jeans gastados, sus tenis converse y su sudadera preferida, azul como sus ojos, entonces, se dio cuenta de que Jack Frost no venía con las manos vacías.

Tenía una carta en su mano.

Muchas, en realidad.

Sus cartas.

—"Hola, Jack Frost...—el ojiazul empezó a leer, con su voz lo suficientemente elevada para que le escuchase con claridad, como si estuviera recitando, —... Quisiera presentarme, pero soy demasiado cobarde para hacerlo, asique sólo quisiera dejar en claro que a través de esta carta te confesaré algo importante: Me gustas. No pienses que es una broma, pues como tu admirador secreto, sería doloroso que pensaras así. Yo no soy alguien que se rinda fácilmente, sólo dame tiempo para juntar el valor necesario y finalmente conquistarte directamente.—terminó de leer y le miró directamente, esperando. Hipo parpadeó impresionado, sin embargo, no tenía idea de qué hacer, solo estaba ahí parado, pensando en qué podría estar pasando por la mente de Jack en ese momento.

—A estas alturas... pensé que las habrías quemado. —comentó nervioso, y Jack suspiró exasperado.

—Todo esto...—elevó las cartas a la altura de su cabeza, haciendo que Hiccup también las mirara, —¿Eran mentiras?

—¡Por supuesto que no! —le dijo con seguridad, ofendido.

—¿Entonces, por qué te rendiste? —inquirió de golpe, aún con su voz impasible y el ojiverde abrió sus ojos con sorpresa, "Yo no soy alguien que se rinda fácilmente", aquellas palabras cayeron sobre él como un peso muerto en su espalda, Hipo soltó el aire y bajó la mirada mientras fruncía los labios en clara indecisión. ¿Rendirse para seguir con él? Sí, lo había hecho. Todo porque no se consideraba digno de Frost, todo porque no podía soportar la idea de haberle mentido durante mucho tiempo, y Jack debía quedarse con la peor versión de él para poder alejarse para siempre.

Ambos se sumergieron en un profundo silencio. El castaño todavía no entendía por qué Jack se encontraba allí en ese momento, y sus manos se cerraron en puños con impotencia, sintiéndose un completo cobarde. Un cobarde que, desde un inicio, solo había podido expresarle sus sentimientos a través de cartas y con un absurdo seudónimo. Era su refugio para expresarse con total libertad y, ahora, Jack le estaba haciendo ver que sus acciones eran incongruentes con las palabras que le había profesado, que le había prometido. Se sentía cada vez peor.

Solo Di Mi Nombre ~HIJACK~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora