Capítulo 9.

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Jack Frost llegó muy confundido a casa después de que Hiccup le dejara en la estación. ¿En serio era gay? Se preguntaba una y otra vez. Pasaron algunos días y prefirió olvidarlo, pero le costaba mucho trabajo congeniar con los amigos del mayor y por eso no sabía cómo comportarse con ellos. El castaño no lo presionaba en lo absoluto y lo trataba muy bien, pero parecía tan diferente cuando sus amigos se presentaban, o eso pensaba él.

Necesitaba distraerse.

Tomó un bolígrafo de su escritorio y una hoja color blanco. Y empezó a escribir. Cada palabra fluyó cual agua cristalina, que transparentaba sus sentimientos y dejaba al descubierto sus pensamientos, la tinta de su bolígrafo favorito parecía nunca tener fin. Sintió sus mejillas arder de vergüenza, no sabía cuál sería la reacción de su admirador, sólo esperaba que no se tratara de un psicópata o algo así, porque en serio estaría en problemas.

Trató de imaginarlo, ignorando el hecho de si sería un demente acosador, y sólo podía visualizar una silueta negra con un signo de interrogación. Se preguntó si sería atractivo. También se preguntó si sería buena persona. Sí, se preguntaba muchas cosas. Debido a que lo único que sabía era que definitivamente era un chico, aquel que le escribió esas cartas.

¿Que si le importaba? En realidad no. Siempre pensó que si algún día se enamoraba, no importaría el sexo que fuese, él estaría bien. ¿Él, Jack Frost, era homosexual? No estaba muy seguro, pero siempre parecía ser así, aunque él sólo se interesaría en alguien que lo hiciera feliz.

Terminó de escribir y admiró su carta: sólo esperaba que lo que estaba por hacer no fuera algo estúpido. La dobló cuidadosamente y la guardó en su mochila, para llevarla a la biblioteca al día siguiente, y se fue a acostar.

...

-¡Ah!-el grito del peliblanco se escuchó por todo el vecindario, sobresaltando a sus hermanas, quienes desayunaban cómodamente en la planta baja de la casa.

Después de escuchar espantosos estruendos en el cuarto de su hermano, le vieron bajar corriendo las escaleras, ya vestido y con mochila al hombro, como si el mismo diablo le persiguiera y salió de la casa, sin siquiera despedirse.

Miraron el reloj por intuición: las 7:58 de la mañana, y su hermano iba muy tarde. Suspiraron al mismo tiempo y continuaron con su desayuno, Jack jamás cambiaría.

...

Corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron y llegó a la escuela, agotado y con el sudor corriendo por su frente, entró pasando al lado del guardia, un hombre holgazán que dormía su siesta madrugadora, sin que este lo notara. Una vez dentro, dejó salir un bufido cansado. No llegaría a su primera clase, pero aún restaban treinta minutos, asique aprovechó la oportunidad para ir al sanitario a lavar su rostro, había salido tan rápido que ni tiempo le dio de ducharse. Se sentía pésimo.

Por suerte, siempre llevaba su cepillo de dientes con él, asique no iba a ser problema lavar su perfecta dentadura para quitarse el mal aliento matinal.

Entró a los baños y cerró la puerta por dentro con seguro, no iba a permitir que le vieran lavándose la boca en la escuela, sería embarazoso. Suspiró, mirando su reflejo: en sus ojos azules podían percibirse el cansancio y las ojeras en su piel decían que no había dormido en muchas noches. Lavó su rostro muchas veces, quitando el sudor de su rostro por su carrera matutina y al levantar la vista ahogó un gritó de espanto al ver a cierto castaño, recargado en uno de los cubículos del baño con los brazos cruzados y contemplándolo con una sonrisa traviesa en su semblante.

¿Cuánto tiempo había estado ahí?

-¿Qué haces aquí?-preguntó algo enfadado el menor, pero el castaño permaneció callado mirándole de arriba a abajo. -¿Qué tanto miras?-ladró molestándose aún más, frunció el ceño al ver que Hiccup mordía su labio.

-Tu playera esta al revés.-respondió el castaño, riendo sin poder evitarlo, y Jack sintió sus mejillas enrojecer de vergüenza. Se había vestido tan apurado que ni cuenta se dio.

-Oh...-exclamó y, justo cuando sujeto el borde de su playera para quitársela, las manos de Haddock se adelantaron a la acción, pero el peliblanco lo detuvo con nerviosismo. -¿Q...Qué haces?

¿Había tartamudeado?

-Te ayudaré, parece que no sabes vestirte sólo.-rió el ojiverde con la intención de molestarlo.

-¡Sé vestirme perfectamente, gracias!

Hiccup le miró de arriba a abajo otra vez inquisitivo, pero con una sonrisa divertida en su rostro.

-¿Qué? ¿Te da vergüenza? -retó el mayor, conociendo a Jack, sabía cómo reaccionaria este.

-¡C...Claro que no! Es sólo que... -miró a un costado, pensando en lo vergonzoso que sería estar semidesnudo ante Hiccup, quien curiosamente era GAY, y como reaccionara este.

-Vamos, si no es tan difícil. -susurró Hiccup con tono grave en su oído, estaba demasiado concentrado en sus pensamientos que no se percató de que el mayor había acortado la distancia entre ellos dos.

-Ha...ddock.-trató de sonar amenazador, pero el aliento del castaño en su cuello no le hacía pensar con claridad.

Entonces, poco a poco, fue levantando la polera azul del peliblanco hasta dejar su torso al descubierto y a merced de Hiccup.

¿¡Qué estaba punto de pasar!?

Solo Di Mi Nombre ~HIJACK~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora