Capítulo 14.

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Yuuri siempre pensó que en el mundo solo existe un hombre o mujer que te logre completar. Alguien que alegre tus mañanas; a quien le puedas pedir favores sin que esa persona te pida algo a cambio. Como una pareja predestinada.

Nunca se desanimó a base de su constante soledad, ya que sentía en lo más profundo de sí que encontraría a ese ser con quien estaría unido hasta que las arrugas llegasen a su cuerpo. Alguien con el que pasaría largas horas charlando, hasta que sus gargantas suplicaran parar por tanta palabra.

Pero, ahora todo es distinto. Quizá anteriormente podía aguantar el estar solo, porque claro, todavía no experimentaba ese sentimiento el que tantas personas habían alcanzado. La añoranza de un amor "puro y verdadero" era algo a lo que no estaba preparado con anticipación.

Viktor ayudó a construir ladrillo por ladrillo aquel corazón vacío y carente de afecto. Y tiempo después, él mismo fue quien inició la demolición.

Ciertamente el deseo de acompañamiento es algo que todo humano pide a gritos. A nadie le gusta vivir en completo aislamiento por mucho que se niegue.

El pelinegro a ratos sintió tranquilidad junto al ojiazul. Creía que su otra mitad; la “media naranja” ya había sido hallada y que su búsqueda rindió frutos. Cualquiera habría apreciado sus esfuerzos y la espera vivida.

Pero el destino a veces juega muy malas pasadas. Te ponen en el camino figuras que irradian perfección, pero que con el paso de los meses, te das cuenta de que solo era una máscara; un actor en su máxima expresión.

– Quizá no jugó conmigo en un principio. Seguramente me sentí la persona más afortunada en la faz de la tierra por tener a Viktor para mí y solo para mí. Pero, ver como todo se remonta a simples recuerdos que poco a poco comienzan a ocultarse en los rincones más oscuros de mi mente, es la sensación más amarga que alguna vez pude saborear.–


Hall of Fame [Viktuuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora