Ya en la segunda planta, recorrimos un pasillo donde habían muchas puertas. Cada una tenía el nombre de uno de los chicos, escrito a su gusto hasta que llegamos a una que no tenía nombre.
Abrí la puerta y la mandíbula casi se me cayó al suelo. Era enorme, esa habitación era mas grande que mi casa entera. Pintada de color crema, con un ventanal que ocupaba casi toda la pared, una cama matrimonial enorme justo en el medio, un vestidor, un tocador increíble y el baño con jacuzzi.
- Dios santo, esto es inmenso. Pero si el closet es mas grande que el cuarto de mi hija - susurré asombrada mientras entrábamos dentro. Harry rió y recostó a Elena en la cama. Sonrió mostrando sus hoyuelos y yo solté un gritito de emoción.
- ¿Qué pasa?- preguntó preocupado. Sonreí y me acerqué a él corriendo.
- ¡Tienes hoyuelos!- exclamé en voz baja- Soy como una especie de acosadora de hoyuelos, Elena también los tiene y siempre se los estoy tocando. Al final se cabrea y dice "mamá me agobias"- expliqué pinchando sus hoyuelos. Este soltó una risita y sonrió aun más.
- Me alegra que te gusten mis hoyuelos-
- Pues más te vale, porque cada vez que sonrías no se si resistiré a no tocarte los hoyuelos- mencioné separándome un poco de él.
- Mientras seas tu no me importa- me besó la frente y me sonrojé. -Vaya, que confianza tienen todos en esta casa- pensé.
- Bueno, en el armario del baño encontraras toallas por si quieres bañarte y ahora te traeré algo mío para que puedas ponerte- musitó yendo hacia la puerta.
- ¿No tendrás por ahí unas gomas de pelo? Es que si no le hago una coleta a Elena, mañana no habrá quien le desenrede el pelo y los mismo digo de mi- sonreí tímida.
- En el primer cajón del tocador de un montón de cosas para el pelo. Son de mi hermana, pero no creo que le importe- se encogió de hombros y salió de la habitación. Abrí el cajón y en efecto, ahí había de todo. Localicé un par de gomas del pelo y cerré el cajón. Me miré en el espejo, y desde luego una princesa no parecía.
Tenía el pelo mojado y despeinado, el vestido ahora también estaba mojado y negro, los ojos y la nariz la tenia roja y gracias a dios que no me había puesto rímel, porque sino, ni Harry me hubiese recogido. Pensé en darme una ducha pero estaba muy cansada, ya me la haría mañana. Me hice una cola, me lavé la cara y los dientes con el dedo y me senté en la cama a esperar a Harry. Minutos mas tarde apareció con bastante ropa en la mano.
- Ten, solo he encontrado un pantalón corto de mi hermana, lo demás es mio- habló entregándome una camiseta blanca y unos pantalones cortos blancos y rosas- Y esto es del primo de Zayn, es un año más grande que Elena, pero creo que le irá bien y sino, de vestido- me entregó una pequeña camiseta azul.
- Gracias. ¿Me podrías ayudar a cambiar a Elena? Cuando duerme es como un saco de patatas y yo sola no puedo-
- Claro- sonrió. Después de media hora peleándonos con el vestido conseguimos cambiarla y hacerle la coleta.
- ¡Por fin!- exclamó Harry sentándose en la cama- En vez de salir a correr, te ayudaré a cambiar a la niña, que sudas más y quemas muchas calorías- bromeó pasándose una mano por su pelo.
- Pues aquí te espero- levanté la vista y me lo quedé observando un buen rato. La verdad es que Harry era muy guapo- Muchas gracias de verdad, si no fuera por ti estaríamos durmiendo en la calle, pasando frío y a merced de cualquiera, gracias muchas gracias- le agradecí sollozando.
- Tranquila Sami. Aquí estáis seguras y os podéis quedar todo el tiempo que sea necesario- respondió abrazándome.
- Gracias- susurré.
- Deja de dar la gracias Sami- besó mi frente y sonreí limpiando mis lágrimas.
- Esta bien- asentí separándome de él. Fue a darle un beso en la frente a Elena, pero casi se mata con los cojines que había dejado en suelo haciendo que soltara una carcajada.
- Recuérdame para que es eso-
- Elena es una niña pequeña y se mueve mucho. No creo que se valla a caer porque esta cama es enorme, pero si lo hace, que caiga en algo blandito- expliqué.
- Esta bien. Si necesitas algo estoy en la habitación de enfrente, la que dice Harry- rodé los ojos y asentí.
- Harry, una última cosa. Necesito ayuda con el vestido- sonreí tímida. Le di la espalda y señalé la cremallera de el vestido. Claro, ests ropa está diseñada para que el marido te lo quite en la luna de miel por eso está en la espalda. Podían pensar también en las indecisas como yo.
Me puse nerviosa al sentir los pasos sonar hacia mi dirección. Con las manos temblorosas recogí mi pelo y noté su respiración en mi cuello. Colocó una de sus manos en mi cadera y con la otra bajó la cremallera lentamente. Una vez bajada del todo la cremallera, pasó un dedo por mi columna vertebral, acariciándola. Empecé a notar calor y como mis piernas empezaban a temblar ¿Pero que narices me estaba haciendo este hombre? Sin querer que la sensación acabara retrocedí hasta chocar con su cuerpo. Pude notar su erección contra mi trasero, solo con ese gesto me excité aun más.
Oí a Harry gruñir y empezó a dar cortos besos en mi cuello. Lo estiré para darle más espacio y pude notar como sonreía en mi cuello y me acercaba más a él. Mordió mi lóbulo de la oreja y jadeé. Mientras mordisqueaba y succionaba mi cuello, sus manos acariciaron mi vientre por encima del vestido y subieron hasta mis pechos masajeándolos, cosa que provocó que gimiera bajito. Mi mente decía que parase, pero mi cuerpo no respondía.
Cuando iba a bajarme la parte de arriba del vestido, Elena se removió en la cama y eso nos hizo volver a la realidad. Nos separamos bruscamente y sentí como la sangre se acumulaba en mis mejillas. No me quería girar, era bastante incómoda esta sensación, pero lo hice. Él levantó la vista y pude ver que estaba igual o más rojo que yo y también noté el bulto en sus pantalones. Me mordí el labio. La verdad es que me sentía bastante culpable, pobrecito tendría que encerrarse en el baño un buen rato antes de poder ir a dormir.
- L-lo siento Sami- se disculpó llevándose la mano a su nuca en signo de nerviosismo.
- T-tranquilo- tartamudeé acercándome a él y le di un beso en la mejilla- Buenas n-noches-
- Si, buenas noches- me miró un buen tiempo, para después salir y cerrar la puerta. Me puse la camiseta y el pantalón, me hice una coleta alta y apoyé el vestido en una silla. Me recosté en la cama y me puse a pensar. ¿Como narices he permitido hacer algo tan intimo a un hombre que solo conozco de 3 horas? -Pues porque te atrae- callate estúpida conciencia -Ohh vamos, no me niegues que no esta bueno- Si, si esta bueno ¿Pero 3 horas? Enserio Sami te has lucido.
Pensará que soy una cualquiera que se va a la cama con el primero que ve y yo no soy así. Pero ese estúpido seductor, con sus preciosos ojos esmeraldas, su pelo rizado que dan ganas de tocarlo, su sonrisa... ¡Agg! ¡Lo odio! -Mientes- déjame en paz conciencia -Será mejor que duermas, ha sido un día muy largo- Esta vez estoy de acuerdo contigo conciencia.
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Madre y novia a la fuga |H.S|
FanfictionSamantha es una chica de veintisiete años que está a punto de cometer un gran error: casarse con un hombre que, por desgracia, no amaba. Sin embargo, en el último momento, Samantha decidió que no iba a echar a perder su vida casándose con el magnate...