Llevaba toda la mañana andando en busca del bendito cartelito "se necesita..." y no había suerte. Los pies empezaban a dolerme y no notaba las manos del frío que hacía.
Bufé y me senté en un poste que había. Si seguía caminando o una de dos, me quedaba sin pies o acababa convirtiéndome en un cubito de hielo andante. Saqué el teléfono y llamé a casa de los chicos.
- ¿Diga?- preguntó el rubio desde la otra parte de la línea.
- Niall llevo toda la mañana andando y no he encontrado ningún trabajo, dime algo que me alegre- puse un puchero aún sabiendo que no podía verme y Niall río.
- Tranquila Sami, seguro que encuentras uno cerca ¿Dónde estas?-
- Esa es otra, no tengo ni puñetera idea de donde estoy. Creo que caminado como cinco kilómetros- refunfuñé.
- No seas exagerada, busca alguna placa enganchada en una pared- me levanté y di una vuelta sobre mi misma en busca de la placa, pero no tuve suerte. Parece ser que hoy no es mi día de buscar carteles.
- No hay- bufé.
- Bueno, pues dime que ves- miré a mi alrededor.
Un parque, un banco, edificios, un restaurante, Abogados Styles, más edificios...¡Espera! ¿Abogados Styles? ¿Donde he oído yo antes ese nombre?
- Veo un edificio en el que pone "Abogados Styles"- mencioné.
- Oh genial, ahí trabaja Harry. Ves, descansa un poco y sigue buscando-
- ¿Crees que a Harry le importe?- pregunté recordando lo que había pasado esta mañana.
- Claro que no, es más, le alegras el día- no se porqué, pero ese comentario me hizo sonreír.
- Esta bien, luego te llamo-
- Ciao- saludó en italiano antes de colgar.
Respiré hondo y me dirigí al edifico. Era imponente, regio, pulcro e intimidante. Tenía aproximadamente cuarenta y cinco pisos, sin contar el último, pues este se utilizaba para conferencias mayores o internacionales. El edificio tenía ventanales de piso techo al final o al principio, dependiendo de como se viera en cada pasillo. La decoración era típica de cualquier empresa liderada por un hombre. Al entrar, el lobby era extenso con una gran recepción de mármol blanco donde se encontraban dos mujeres registrando a cada persona que entraba o salía, y justo detrás de ellas, se ubicaban los dos ascensores de vidrio transparente. Me acerqué, manteniendo la calma.
- Buenos días- saludé con estudiando a la mujer de cabello castaño con uniforme blanco. La mujer levantó la cabeza y me revisó de arriba a abajo. Al ver que no era nadie importante ni reconocido por la empresa, rodó los ojos y movió su mano para que continuara- Quería ver a Harry Styles-
- Planta 36- respondió antes de agarrar el teléfono e ignorarme.
- Gracias- murmuré entre dientes. Será borde. Troté hacia los ascensores y piqué el botón con el número 36.
Si la recepción era impresionante, ese pisó lo era aún más. El pasillo principal era gigante, casi absurdo y se dirigía hacia dos pasillos laterales diferentes. En medio se encontraba una versión más pequeña de la recepción principal, pero no por eso menos elegante, y una mujer similar a la primera tecleaba u hablaba por teléfono con una gran habilidad.
- Hola, quería ver a Harry Styles- repetí.
- Claro, ¿Tiene cita?- preguntó sonriente. Esta si que me cae mejor.
- Ugh...no, pero...-
- Pues lo siento, pero ahora mismo el señor Styles no le puede atender, pida hora por teléfono- me interrumpió, volviendo su vista al ordenador.
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Madre y novia a la fuga |H.S|
FanfictionSamantha es una chica de veintisiete años que está a punto de cometer un gran error: casarse con un hombre que, por desgracia, no amaba. Sin embargo, en el último momento, Samantha decidió que no iba a echar a perder su vida casándose con el magnate...