Octavo día; donde esta enfermo.

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- ¿Angel? - gritaba desde mi habitación por la mañana, quieto.

No respondió a mi llamado, por lo que forzosamente tenia que levantarme. Esta mañana me sentía más que mal, mis ojos dolían, sentía que no podía mantenerme de pie por más de cinco segundos porque me desvanecería en el suelo, mi cabeza iba a estallar pronto, y tenía unas ganas sobrenaturales de repetir.

Fui directo al baño, donde lave mi cara, tomé medicamento ( no se si demasiado) y regrese a la cama. Llevaba días sintiendo malestares, pero siempre se desvanecían por sí solos así que no representaban un problema verdaderamente severo, eso pensaba.

Mi ritmo cardíaco no hacía más que elevarse con cada bocanada de aire que dejaba entrar a mis pulmones, mi vista daba vueltas provocando mis continuos mareos, mis manos temblaban descontroladamente.

Necesitaba regresar al baño.

Entre apenas pude y mire mi rostro involuntariamente, mis ojeras habían empeorado y parecía una hoja de papel. Lo siguiente fue un concierto de repetidas ocasiones vomitando sin parar, mi garganta ardía.

- ¿Rubén? ¿Qué pasa? - mi visión se desvaneció, sentí mi cara estrellarse contra el suelo.




-





Abría mis ojos adoloridos, lentamente, sintiendo la tenue luz de mi habitación sobre ellos, estaba sobre mi cama, mire a un lado, la mesa de noche llena de botes de pastillas, observe el otro extremo, una receta médica. Fuck.

-Hey - vi a Angel entrar con un vaso de agua.

- ¿Qué coño paso? - intente sentarme, me di cuenta de que tenia una jodida aguja en una de las venas de mi mano izquierda, mire el suero a un costado.

- Hey hey hey - colocó rápidamente el vaso sobre la mesa y me recostó de nuevo.

- No debes hacer esfuerzos, el doctor a dicho que te encuentras muy débil.

- ¿doctor? ¿Wtf? - posé mi mano libre sobre mi frente.

- está mañana salí temprano a comprar algo para desayunar y cuando regrese te escuche en el baño, repitiendo, llame a la puerta pero no contestabas, cuando pude entrar estabas tirado, inconsciente.

Mi mente divagó brevemente, recordando la voz de Angel llamándome.

- Joder - fue todo lo que pude decir.

- Mangel ha llamado, esta furioso.

- ¿le has dicho no?

- es tú mejor amigo, además, él me ha llamado y dijo que te llamo varias veces y tú no atendias. - busque mi móvil con la mirada, cuando lo encontré miré la pantalla, 52 llamadas sin atender, mierda.

- ¿Qué ha dicho el doctor?

- te hará unos estudios, por ahora dijo que te encontrabas muy débil y debías descansar - de uno de los frascos blancos sobre la mesa tomo una pastilla, y después saco dos más de otros dos frascos, me extendió el vaso de agua.

- Ha dicho que debes tomarlas - informó señalándolas con la mirada.

- Esta bien - generalmente me negaría, pero joder que esta vez sentí que moriría.

-eh... - Angel frotó su cien como acto de estrés y nerviosismo.

- El doctor también dijo... - termine de tomar las pastillas, tomó el vaso.

- También ha dicho que tu cuerpo había resivido cantidades excesivas de medicamento.

Tuve pequeños recuerdos de nueva cuenta, esta vez de mi frente al espejo, tomando un pequeño frasco y sirviendo en mis manos pastillas, sinceramente no recuerdo ingerir 2, o 20...

30 días con Rubén Doblas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora